Alguna vez, el provocador y genial Pablo Picasso se desmarcó de la casilla surrealista y del arte abstracto, y justificó su propuesta cubista como hiperrealismo. Picasso dijo que, en comparación con el canon realista, que pretendía mostrar las imágenes del mundo “tal cual son” no era más apegado a la “realidad” que su geométrica y deformada estética cubista.
Picasso afirmaba que él era el verdaderamente realista, pues una imagen realista pintada de frente no muestra todos los otros lados y ángulo de un rostro, por ejemplo, la nuca. Lo que él, en su deconstruida idea de las formas sí mostraba. Una genial explicación del surrealismo y lo absurdo de encasillar el arte en camisas de fuerza conceptuales.
Pues dentro de esa definición cabe la obra escultórica de Yoshitoshi Kanemaki, quien muestra en sus tallas en madera un estudio de rostros completo, fusionado, sobre el cuerpo de un personaje. Como si en una sola figura quisiera mostrar todas las opciones posibles de expresión que tiene una cara.
Llamar la atención no es lo único que hacen las esculturas de Yoshitoshi Kanemaki, sino que las caras retorcidas y fusionadas de sus extrañas obras son su característica más destacada. Sus piezas metafóricas y contemplativas parecen fallas anatómicas en los cuerpos de mujeres jóvenes, como si el movimiento y el tiempo chocaran entre sí.
Este escultor, graduado del Departamento de Escultura de la Universidad de Arte de Tama, ha sido un importante artista japonés en los últimos años, gracias a su trabajo trippy. Aunque su obra puede ser inquietante en ocasiones, cubre temas muy familiares.
La rueda de rostros y las diversas emociones que a menudo se encuentran en su obra son un símbolo del estado de ánimo siempre cambiante y la indecisión interna de las personas; Kanemaki dice que “todos tienen dudas o inconsistencias que nunca pueden responder” y traduce esto en su arte.
También se detiene en el tema de la mortalidad: crea esculturas que representan esqueletos humanos y rostros de dolor. Sin embargo, por oscuro que parezca, Kanemaki habla de ello con un sentimiento de aceptación, ya que es esencial para la vida y el desarrollo.
Aunque afirma ser “muy contemporáneo” como artista, Kanemaki utiliza técnicas de escultura japonesas antiguas y madera de alcanfor, un tipo de material utilizado para muebles tradicionales y esculturas religiosas en el este de Asia.
Incluso si la visión humanizadora del arte contemporáneo de Yoshitoshi Kanemaki parece excéntrica, sus esculturas multifacéticas de niñas hablan por muchas personas
Fusionando sonrisas y ojos tristes, esta es su forma de conectar lo anormal con lo normal. Esta es su forma de presentar de forma híper real su imaginación surrealista.