Los murales del artista urbano Bisser suelen ser sumamente divertidos y, de una u otra forma, narrar pequeñas pero muy entretenidas historias.
El belga, quien estudió animación en Ghent, tuvo claro desde pequeño que quería convertirse en artista ya que lo que le fascinaba era todo lo visual.
El que su hermano mayor empezara a interesarse por el arte urbano hizo que Bisser también entrara en dicho mundo en el que, hasta el día de hoy, se encuentra inmerso.
El artista ha reconocido públicamente que sus primeros grafitis fueron totalmente ilegales, pero que gracias a que los llevó a cabo se dio cuenta de lo mucho que le interesaba dicho mundo y se preparó para encontrar su estilo.
Lo primero que Bisser llevó a cabo fueron letras a gran escala y de ahí, una vez que su técnica empezó a mejorar, saltó a temas más abstractos hasta que finalmente, ya cuando estaba en la universidad, se dio cuenta que podía dibujar en las paredes como lo hacía en una hoja de papel y narrar historias.
Su más reciente trabajo, Electricidad, es un mural que llevó a cabo en el famoso circuito de arte urbano Mechelen Muurt, en Bélgica.
Los personajes de este mural se llaman BisStrekkers y si prestas atención podrás observar que en sus cabezas tienen estos dos dientes y un orificio para encajar en el gran enchufe que también fue plasmado y al que, desesperadamente, buscan llegar para poder estar totalmente cargados.