Christo y Jeanne-Claude nacieron exactamente el mismo día, el 13 de junio. Esto, sin lugar a dudas, fue una de las tantas señales que recibieron a lo largo de su vida de que estaban destinados a encontrarse.
Él nació en el seno de una familia de industriales de Bulgaria y ella era hija de un militar francés que fue trasladado a Marruecos.
En 1956, Christo Vladimirov Javacheff salió de Bulgaria, permaneció un año en Praga (entonces Checoslovaquia) y Viena, Austria, para finalmente terminar en Francia, en 1958.
Jeanne-Claude Denat de Guillebon vivió toda su vida con su familia en Túnez para luego trasladarse a París en 1957.
Christo y Jeanne-Claude frente al puente Pont Neuf, en París, Francia. Fuente: Daily Art Magazine
Finalmente la famosa pareja se conoció en octubre de 1958, pero en un principio Christo se sintió más atraído por la media hermana de Jeanne-Claude que por ella. Esto complicó todo en el inicio de su súbita relación.
Salieron por un breve periodo de tiempo, pero las cosas no funcionaron como deseaban, así que decidieron separarse pero Jeanne-Claude quedó embarazada. Debido a esto ella decidió casarse con un hombre con el que anteriormente había estado comprometida, solo para dejarlo justo después de su luna de miel.
El hijo de Christo y Jeanne-Claude, Cyril, nació en 1960, y su primera obra de arte colaborativa fue creada tan solo un año después. En 1964 decidieron dejar Europa para salir rumbo a los Estados Unidos y así comenzar un nuevo capítulo en su vida.
A partir de ese momento, los jóvenes artistas empezaron a envolver objetos cotidianos como libros, zapatos y carritos en papel o tela y luego los colocaban en un entorno familiar para crear un efecto de extrañamiento, confusión y desconocimiento.
Ante su peculiar y disruptiva propuesta, muchos tenían sentimientos encontrados al respecto y los críticos estaban perplejos. A la pareja esto no le importó y siguió trabajando, expandiendo su escala con cada proyecto.
Envolvieron, por ejemplo, el puente parisino Pont Neuf y el Reichstag de Berlín.
Sus obras ambientales siempre suscitaron muchas controversias, pero la pareja siguió haciendo obras de arte a gran escala, no solo envoltorios.
Solían volar por separado como medida preventiva en caso de accidente aéreo, pues uno de ellos debía sobrevivir y continuar con su trabajo. A medida que sus obras y fama crecieron, también lo hizo su historia de amor. Aquella que no empezó con el pie derecho.
Fue hasta 2009 que tuvieron que separarse, cuando murió Jeanne-Claude. Christo permaneció activo hasta 2020 y el último trabajo que llevó a cabo fue en Italia, en el verano de 2016. Este artista hizo pasarelas flotantes que permitían a las personas caminar sobre el agua.