Considerado uno de los fundadores del Impresionismo, Hilaire-Germang-Edgar de Gas, más conocido como Edgar Degas (París 1834-París 1917) fue un pintor, escultor y grabador.
Su capacidad magistral para darle a su arte sensación de vida y movimiento, especialmente en sus obras de bailarinas, carreras de caballos y desnudos, lo distinguió en el mundo del arte.
Sus retratos son muy apreciados por la complejidad psicológica y sensación de verdad que logran transmitir.
Degas comenzó a pintar a edad temprana, a los 18 años se instaló un estudio de arte en su casa y más tarde se registró como copista de arte en el Museo del Louvre.
Aunque comenzó a estudiar leyes a petición de su padre, su verdadera pasión era el arte. Del artista Jean Auguste Dominique Ingres Degas aprendió que dibujar líneas y más líneas lo convertirían en un gran artista.
En 1855 fue admitido en la Escuela de Bellas Artes donde estudió dibujo bajo la guía de Louis Lamothe.
Un año después se estableció en Italia, donde hacía copias de obras renacentistas de Miguel Ángel, Rafael, Tiziano, entre otros, aunque Degas elegía las partes de los cuadros que más le llamaban la atención y esas era las que retrataba.
En 1859 regresó a París y comenzó la producción de sus pinturas de historia: Alejandro y Bucéfalo y La hija de Jephthah; Semíramis construyendo Babilonia; y Jóvenes espartanos.
Para 1870 dejó de lado la pintura para unirse a la Guardia Nacional durante la Guerra franco-prusiana y es durante esta etapa que le notan problemas en la vista, misma que a lo largo de su vida fue una constante preocupación para el artista.
Al finalizar la guerra, Degas se estableció en Nuevo Orleans, Luisiana, donde produjo varias obras, entre las que destaca Una oficina en la lonja del algodón en Nueva Orleans, misma que fue la única obra que un museo compró durante toda la vida del artista.
En 1873 regresó a París y harto de que sus obras fueran ignoradas por los grandes salones de exhibiciones se unió a un grupo independiente que después fue conocido como Los Impresionistas, aunque ese término nunca terminó por gustarle a Degas.
El artista inmortalizó hechos cotidianos que quedaron grabados en sus obras Músicos en la orquesta, Plaza de la Concordia, En las Carreras, La clase de Ballet, entre muchas otras.
Degas también desarrolló una gran pasión por la fotografía, retrató a sus amigos, bailarinas, desnudos, mismos que utilizó como referencia para muchas de sus pinturas y dibujos. De igual forma creó diversas esculturas pero fueron reveladas hasta finales de 1910.