Miguel Ángel Buonarroti: Il Divino del arte
Michelangelo Buonarroti es uno de los personajes fundamentales en la historia del arte, así como uno de los renacentistas italianos más destacados.
Nació el 6 de marzo de 1475 y falleció el 18 de febrero de 1564.
Fue escultor, pintor y arquitecto, aunque incluso escribió madrigales, poesías y sonetos.
Entre los temas que abordó estuvieron la reflexión, religión y amor. Escritos que se publicaron después de su muerte.
Se conservan de él alrededor de 50 esculturas, cuatro pinturas, una centena de dibujos y los frescos de la Capilla Sixtina.
Era conocido por ser un inagotable perfeccionista y quizá, debido a ello, su éxito era una garantía.
El divino perfeccionista
Miguel Ángel Buonarroti como buen hombre de su tiempo fue multidisciplinario, excepcional.
Entre sus primeros trabajos se encuentran El Baco y La Piedad, en la basílica de San Pedro.
En ellas demostró un estilo definido y una maestría en cuanto a técnica.
Se dice que no gustaba firmar sus piezas. Sin embargo, su afamada escultura de la Virgen María la autenticó, debido a que la atribuían a otro autor. Al parecer después de eso se arrepintió.
Otro ejemplo de su pericia fue la maravillosa figura titulada El David.
El Papa Julio II le pidió al representante del humanismo decorar el techo de la Capilla Sixtina. Él no aceptó muy convencido ya que la escultura era su mayor pasión.
Pese a esto, dicha creación quedó como constancia de su enorme talento en donde la belleza que alcanzó es magnífica.
La energía y detalle que imprimió a lo largo de su trayectoria fueron notables.
También realizó autorretrataros, uno de ellos: El juicio final, en el que se representó como San Bartolomé.
De personalidad determinada gozó de reconocimiento en vida y después de ella, tanto que fue apodado Il Divino o El divino.
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