La fotógrafa y videoartista austriaca Nina Rike Springer trabaja con un sistema de signos compuesto por figuras y poses.
Son signos abstractos que no quieren ceder a una interpretación, pero a veces sugieren sensibilidades como el agotamiento y la partida.
Sus fotografías de la serie Un mundo feliz transportan al espectador a un viaje a un mundo fantástico, que el ímpetu crítico de la civilización de Aldous Huxley en 1932 pone en perspectiva.
Nina Rike Springer examina con un guiño el uso de los cuerpos y el funcionamiento de los espacios pictóricos en sus producciones de análisis mediático.
Al trabajar con objetos, concibe imágenes de un universo que en un principio aparentemente gira en torno a sí mismo, pero que alude al imaginario del constructivismo y el dadaísmo.