El histrión japonés Toshiro Mifune es todo una leyenda en el cine por haber trabajado con el gran cineasta Akira Kurosawa, pero su legado va mucho más allá de lo que realizó con este.
Resulta que el sueño frustrado que tuvo George Lucas para Star Wars, el de contar con la actuación de Mifune, sí lo hizo realidad Ismael Rodríguez con Animas Trujano.
El mítico histrión, fetiche de Kurosawa, fue coqueteado a lo largo de su carrera por los más grandes cineastas. Incluso se dio el lujo de rechazar los personajes de Obi-Wan Kenobi y Darth Vader que Lucas le ofreció en 1977.
De las pocas veces que se animó a probar suerte fuera de la industria japonesa fue con su aventura mexicana en 1961, donde interpretó a un oaxaqueño borracho y violento que quiere ser alcalde.
El cineasta Ismael Rodríguez había apreciado el gran talento del nipón cuando vio El Hombre del Carrito (1958), una de las obras maestras de Hiroshi Inagaki.
Mifune, quien para ese entonces ya había estelarizado clásicos como Rashomon (1950), Los Siete Samurái (1954) y La Fortaleza Escondida (1958), era la gran estrella del cine japonés.
Rodríguez se empeñó en conseguirlo y dio con él a través de distintos contactos, así que le mandó el guión de Animas Trujano y fue tal el flechazo por la historia que Toshiro Mifune se lo aprendió por completo en español.
Fascinado por la cultura mexicana, el actor logró que Toho (productora con la que tenía exclusividad) le diera permiso de ir a México y así fue como hizo historia en el cine de este país.
Se dice que por este proyecto, Mifune apenas cobró apenas $10 mil dólares, una mísera cantidad comparada con lo que Hollywood estaba dispuesto a pagar por él.
Cuando llegó a filmar, cuentan que Toshiro bajó del avión entusiasmado con su kimono e inmediatamente después empezó a recitarle los diálogos en español a Ismael Rodríguez.
Tras aquel episodio, uno de los más importantes para el cineasta, este junto con Toshiro decidieron que Narciso Busquets le doblara la voz.
Animas Trujano se convirtió en la segunda cinta mexicana en ser nominada al Óscar a Mejor Película Extranjera, así que su gran trabajo en este filme sin duda alguna fue reconocido.
Aunque son icónicos sus filmes como samurái y ronin, Mifune interpretó en más de 152 largometrajes a una galería heterogénea de personajes durante su carrera.
Con Akira Kurosawa, quien lo consideraba el más grande actor que jamás tuvo a sus órdenes, colaboró en 16 largometrajes, desde El Ángel Ebrio (1948), hasta Barbarroja (1965), entre las que destacaron obras maestras como Los Siete Samurái (1954), Yojimbo (1961), Rashomon (1950) y Trono de Sangre (1957).