Detrás de algunos de los personajes femeninos más vívidos y heroicos del cine de los últimos años se encuentra un director británico: Ridley Scott.
Y es que desde hace varios años, Scott, nacido el 30 de noviembre de 1937 en South Shields, Reino Unido, ha aceptado ser un feminista, confesando que, aunque muchos hombres tienen problemas con las mujeres fuertes, él no, ya que en su propia visión, no se trata de si las mujeres pueden tener éxito en la arena de los hombres, sino de si los hombres pueden manejar su éxito.
En 1977 dirigió su primera película, un estreno llamado The Duellist, protagonizada por Harvey Keitel como un oficial napoleónico que a lo largo de las décadas insiste sin descanso en luchar a muerte contra Keith Carradine por un desaire olvidado desde hace mucho tiempo. La película, cuya producción costó solo $900 mil dólares, obtuvo una gran atención y ganó el premio del jurado en Cannes.
Sin embargo, fue un comienzo embriagador, uno que causó aún más decepción a Ridley cuando descubrió que la aclamación de la crítica no equivale al éxito comercial. Después de Cannes, se enteró de que su película únicamente se distribuirían en Estados Unidos con siete copias, por lo que nadie vería su trabajo, convenciéndolo de que su carrera como cineasta estaba destinada al fracaso, pero estaba equivocado, por supuesto.
Alguien que sí había visto su película le dio la oportunidad de filmar Alien, un thriller de ciencia ficción sobre una mujer comandante de una nave espacial que transportaba a un alienígena asesino. Scott recibió un asombroso presupuesto de $8.6 millones, una suma importante para una película en 1979, pero apenas suficiente ahora para cubrir el costo de filmación y de un video musical, pero tras el resultado, Scott tuvo su primer éxito en Hollywood, y el camino de la grandeza ha estado marcado.
Desde entonces, ha generado éxitos que perduran en la memoria colectiva, como Gladiador, pero también, ha dado vida a algunas de las mujeres más fuertes de la pantalla grande, y es justo a ese segundo grupo a quien repasamos hoy.
En nuestra galería puedes conocer otras fuertes personajes femeninas del director.
1. Ripley (Sigourney Weaver), Alien
La cara de Sigourney Weaver no es la primera que ves en la película, ni siquiera es el primer nombre que ves en los créditos, ya que aparece atrás de Tom Skerritt, pero no hay duda de que la obra maestra de 1979 es una película (y ahora toda una franquicia) que vive y muere basada en la fuerza de la indeleble Ellen Ripley.
Ella ni siquiera comienza a emerger como el héroe principal de la película hasta aproximadamente 45 minutos después.
La decisión de Scott de centrar su película en última instancia en torno a la fuerza de un personaje femenino no era el tipo de decisiones que otros éxitos de taquilla de finales de la década de 1970 estaban tomando, incluso el guionista Dan O'Bannon escribió por primera vez a Ripley como protagonista masculino, pero fue el director quien tuvo la idea de cambiar el género del personaje.
Weaver abrió la brecha en 1979, un año donde la película que más ingresos obtuvo fue Kramer vs. Kramer. Otras ofertas de gran presupuesto que salieron ese mismo año fueron principalmente impulsadas por hombres, incluido Apocalypse Now y Rocky III. El año anterior, películas como Superman, National Lampoon's Animal House y Jaws 2 también tuvieron un gran éxito en la taquilla, todos con un protagonista masculino.
Una mujer ruda como Ripley era algo nuevo y audaz, y Weaver y Scott cumplieron la promesa de crear un personaje así, tanto que a la fecha sigue siendo una de las heroínas más memorables y duraderas de la historia del cine.
Sigourney Weaver en Alien II. Fuente: FOX
2. Susan Sarandon y Geena Davis en Thelma & Louise
Thelma & Louise podrían ser el dúo más icónico de la historia del cine.
Una historia que toma lugar en la autopista estadounidense y dentro de un Thunderbird 66 convertible, dos mejores amigas dejan atrás sus roles domésticos por un camino abierto hacia el autodescubrimiento y la independencia.
Al final, la película es sobre la voz de dos mujeres que han retomado el control sobre sus vidas y cuerpos. Desde la toma de apertura hasta su icónica e impresionante imagen congelada final, Thelma & Louise es un viaje atemporal e inolvidable de empoderamiento femenino, libertad y amistad.
En 2011, Thelma & Louise fue descrita por la escritora neoyorquina Raina Lipsitz como "la última gran película sobre mujeres", lo que sugiere preocupantemente que en 20 años no ha habido otra una película femenina comparablemente empoderadora. Lipsitz expresó su preocupación de que "la película salió hace dos décadas, pero su mensaje se ha perdido".
Anunciada por la crítica en 1991, el año de su estreno, como una "fábula feminista", la adaptación de de Ridley Scott del guión ganador del Oscar de Callie Khouri es una visita obligada para todos.
Fuente: CORDON PRESS / Vanity Fair
3. Dr. Elizabeth Shaw (Noomi Rapace), Prometheus
En esta pseudo-precuela de Alien, Prometheus plantea temas existenciales de religión, dios, fe, ciencia, creación, mitología y evolución.
Aquí, la increíblemente hábil Noomi Rapace interpreta a la protagonista femenina, la Dra. Elizabeth Shaw, una arqueóloga guiada por su curiosidad y animada por su fe religiosa. Ella y su colega y socio Charlie Holloway descubren cuevas con pinturas que representan a nuestros creadores o "ingenieros", como ellos los llaman. Cuando las empresas Weyland Industries financian su expedición, van en busca del comienzo de la humanidad, pero con horribles consecuencias.
En cierta forma, Prometheus refuerza los temas de exploración de la invasión corporal y específicamente la autonomía corporal de las mujeres que había iniciado en la saga anterior, incluso haciendo referencia a temas como el aborto y la infertilidad, pareciendo comentar sobre cómo la sociedad ve a las mujeres como rotas e incapaces de cumplir su propósito final a menos que den a luz.
Mientras que Alien poseía fuertes presencias de un patriarcado sexista silenciando las voces de las mujeres, Prometheus juega con las afectaciones emocionales de la pareja, pero sin dejar de lado la resiliencia de supervivencia que demuestra su protagonista.