Yann Andréa significó todo para Marguerite Duras: su último y más inesperado amante, su secretario personal, inseparable compañero y personaje literario favorito pues se encuentra en casi toda la obra de la escritora durante la década de los 80 y 90.
Para el también escritor francés, quien descubrió la literatura de Duras a los 20 años, su vida entera giraba en torno a la escritora francesa y por eso cuando ella murió, una parte de él también, y precisamente en esta apasionada relación es en lo que se centra el filme Quiero hablar de Duras, de Claire Simon.
Esta película recrea cuando Andréa se sentó frente a la periodista Michèle Manceaux para hablar de la relación que mantuvo por décadas con Marguerite Duras, quien le llevaba 38 años.
Dichas grabaciones quedaron en manos de la periodista y solo tras la muerte de ambos la hermana de Andréa las recuperó, las transcribió y las publicó en 2016.
Un lustro después, la cineasta francesa traslada dicho testimonio a la pantalla grande para dar a conocer todo aquello que aquejaba y dolía a Yann Andréa. Todo narrado desde su perspectiva.
En 1975 fue cuando Marguerite Duras, de 61 años, y Yann Andréa, de 23, se conocieron. Él era estudiante de Filosofía en Caen y leía sus novelas con gran fervor.
Un día de dicho año fue a ver India song, la sexta película como cineasta de Duras, y se quedó al final, para participar de un debate que se habían organizada con el público.
De ahí, varios terminaron en un bar bebiendo y conversando más fondo. Él aprovechó para pedirle su dirección y mandarle, por espacio de 5 años, una carta a diario, mismas que la escritora decidió no responder hasta que él frenó pues se había cansado de no tener de su parte respuesta alguna.
En 1980 inició la apasionada relación que solo llegó a su fin hasta la muerte de Marguerite Duras.
El extraordinario filme busca dar dimensión universal a diversos problemas, aunque se retrata esta famosa relación: la homosexualidad rechazada, la dominación absorbente, el maltrato y los excesos del amor y del alcohol.