Las imponentes obras del arquitecto chino Wang Shu se caracterizan por fusionar la tradición con la modernidad, la artesanía con la tecnología y el pasado con el presente.
Este creativo, ganador del Premio Pritzker 2012, el máximo galardón de la arquitectura mundial, se diferencia del resto debido a que construye obras que ejemplifican la economía de materiales y el respeto por el medio ambiente.
Nació el 4 de noviembre de 1963 en Urumqia, al oeste de China, y desde chico mostró interés por la belleza y el cómo representarla de una forma utilitaria. Por esta razón cursó la carrera de Arquitectura en el Instituto de Tecnología Nanjing en 1985.
En sus inicios profesionales trabajó en la Academia de Bellas Artes Zhejiang, donde también investigó sobre la renovación de edificios antiguos.
Desde 1997, el partidario de la slow build o construcción lenta, creó su propio despacho llamado Amateur Architecture Studio.
Otro de sus logros es que desde el 2000 ha encabezado el departamento de arquitectura de la Academia de Arte en Hangzhou.
En cada una de sus obras, Shu manifiesta el respeto que tiene por el medio ambiente. En una ocasión, por ejemplo, utilizó dos millones de tejas procedentes de casas demolidas para cubrir el techo de diversos edificios.
Entre sus obras, todas ubicadas en China, destacan la Biblioteca del Colegio Wenzheng en la Universidad de Suzhou, el Museo de Historia de la ciudad portuaria de Ningbo y el Campus Xiangshan de Bellas Artes en Hangzhou.