La firma Vincent Callebaut Architectures presentó Oceaniums, proyecto arquitectónico que puede ser considerado el futuro de los estadios y centros culturales debido a que (literalmente) va a donde se encuentren los aficionados.
Resulta que esta novedosa y asombrosa estructura sería mitad barco y mitad estadio, así que podría navegar por el mundo gracias a energías renovables utilizando la radiación solar y la fuerza de los vientos, algo sencillamente genial.
Gracias a esta visión nómada de nuevas prácticas deportivas y culturales, ya no serían los seguidores quienes irían a estadios obsoletos, sino que estadios sostenibles y ecológicos los que se moverían a los seguidores.
Estos Oceaniums, verdaderos estadios de los océanos, se construirían utilizando solo materiales biocompuestos y reciclados como madera sólida, aluminio reciclado, algas verdes y residuos de plástico.
Cabe subrayar que Vincent Callebaut Architectures busca que el residuo de plástico se convierte en un corto plazo en un nuevo material de construcción que sirva para alimentar a impresoras 3D conectadas a procesadores de inteligencia artificial orquestados por humanos.
El desarrollo de una multitud de algoritmos y, en especial, el aprendizaje predictivo que ofrece la inteligencia artificial y la impresión 3D la convierten en una herramienta esencial para limitar los riesgos humanos en estos futuros sitios de construcción mejorados.
Arquitectónicamente, las geometrías orgánicas de estos estadios flotantes están inspiradas en el biomorfismo, corriente en la arquitectura que se inspira en la forma y la estructura de los seres vivos, y sus estructuras optimizadas en la biónica.
Por lo tanto, en Oceaniums encontramos un enorme parecido a los arrecifes de coral en proceso de calcificación y los esqueletos de cetáceos que filtran el agua de mar y organismos bioluminiscentes que son refugios de biodiversidad dedicados al florecimiento de la flora y fauna marina.
El objetivo de la firma Vincent Callebaut Architectures es el de transformar las restricciones de nuestro tiempo en una oportunidad para inventar una nueva ecología del deporte basada en la economía circular, que busca ser regenerativa, donde nada se pierde, nada se crea, todo se recicla.
Básicamente lo que este visionario despacho busca hacer es impulsar una economía virtuosa donde los residuos y la contaminación se convierten en recursos, además de explotar, como nunca se ha hecho, la biomimética, disciplina que estudia cómo solucionar problemas técnicos y tecnológicos inspirándose en la naturaleza.