Desde muebles, teléfonos, sillas y televisiones, Marco Zanuso está presente en todas partes.
El nacido en Milán, en 1916, siempre tuvo una gran fascinación por el funcionamiento de los objetos que estaban a su alrededor, así que decidió estudiar Arquitectura en la Politécnica de Milán de donde se graduó en 1939, en el marco del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Hasta 1945, cuando terminó el segundo conflicto bélico mundial, fue que pudo echar a andar su carrera mientras la complementaba con trabajos en periodismo, diseño y urbanismo.
Entre 1947 y 1949 trabajó como editor en jefe de la revista Domus mientras realizaba sus primeros diseños con tubos metálicos. Al inicio de la década de 1950 cambió de aires para formar parte de la redacción de la revista Casabella mientras seguía sus otras vocaciones.
Marco Zanuso siempre tuvo una gran fascinación por el funcionamiento de los objetos que estaban a su alrededor. Fuente: Zanotta Gallery
De ahí comenzaron años de gran producción, experimentación y espíritu laborioso que lo vieron crear algunas de sus aportaciones más abstractas e importantes, entre ellos, sus famosos sillones Antropus en 1949, el sofá Treinnale, el sillón Lady en 1951, que ofrecían no solo comodidad y contornos sensuales, sino también un potencial de eficiencia en la producción antes inimaginable.
Zanuso, junto a otros colegas, gracias a la expansión que estaban recibiendo sus trabajos, fundaron el Bel design, un movimientos experimental de diseño y arte en Italia que buscaba una transformación a la teoría y el método, así como en la estética y a la fabricación. El esfuerzo le valieron aún más reconocimiento que lo llevaron también a comenzar los planos y bocetos que se fueron a convertir en las fábricas de Olivetti en São Paulo y Buenos Aires.
Antropus, de 1949. Fuente: Cassina.
Para 1954, sin soltar los procesos editoriales, los bocetos urbanos y la práctica con el metal doblado, fundó la Associazione del Disegno Industriale (ADI) de la que fue presidente de 1966 hasta 1969. En esa etapa, Marco Zanuso diseñó piezas para la marca Arflex, innovando por su creación de muebles a base de espuma de látex, expandiendo su nombre dentro de la vanguardia en Italia, el resto de Europa y América.
Marco Zanuso y un diseño sin límites
Sus continuos experimentos con el metal doblado, el espuma de látex y los muebles tapizados le valieron el reconocimiento internacional en los concurso Low-Cost Furniture del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1948, y la Trienal de Milán en 1951.
Durante las décadas, la de los 60 y 70, Marco Zanuso disfrutó de una larga y fructífera colaboración con el muy respetado diseñador alemán Richard Sapper, con quien continuó añadiendo diseños inmortales a su repertorio, entre ellos la silla Lambda, el teléfono Grillo para Siemens, el televisor Doney, de 1964, el edificio de oficinas Necchi en Pavía, la fábrica de IBM en Segrate, Milán y Palomba entre 1974 y 1982, y la silla apilable para niños de Kartell, la cual era ligera, funcional y fabricada en divertidos colores.
Televisión Doney, 1964. Fuente: MDBA Architects.
La colaboración entre ambos les ganó un lugar en la historia del diseño por sus productos que se convirtieron en íconos del diseño industrial moderno.
Así, para aquel entonces y el resto de los tiempos, los esfuerzos del arquitecto nacido en Milán están y estarán en todas partes.