Robin Isley es un artista estadounidense cuyas ilustraciones digitales se caracterizan por ser bastantes surrealistas. Debido a esto es que uno sencillamente queda hipnotizado con su trabajo.
En la mayoría de sus creaciones, se puede apreciar la técnica preciosista y la temática introspectiva y oscura de sus personajes, los cuales suelen desenvolverse en mágicos y bastante enigmáticos ambientes.
La psicología humana plasmada en los protagonistas de sus ilustraciones digitales y sus muy poco comunes entornos es la línea que define la obra de este artista nacido en San Francisco, Estados Unidos.
Cuando uno logra apreciar el trabajo de este artista queda sumamente claro que los temas que le cautivan son los oscuros, los ocultos, la noche, lo esotérico y la astrología.
Si uno pone atención a cada una de las ilustraciones de Isley, se puede dar cuenta de que están repletas de historias y misterios, colores oscuros y personajes ridículamente trágicos que se enfrentan al espectador para comunicar algo sobre sí mismos y sus propios temores.
Llama la atención que las composiciones de Robin Isley parecen estar inspiradas en todas las épocas, pues no se centra en un solo periodo de la historia y hasta llega a mezclar varios.
No resulta raro que las ilustraciones de este artista parecen comenzar en la mitología y las diosas romanas, pero continúan en el gótico victoriano o el romanticismo de los años 20 y la sensualidad sin filtros de la incandescente década de 1960.
Robin hace fantásticos collages centrados en las llamadas quimeras, que no son otra cosa que los híbridos entre animales y humanos, pero de una forma contemporánea, siendo este su gran atractivo.
Resulta fascinante que en las creaciones de Robin Isley ambos sujetos adoptan la misma actitud, al mismo tiempo que se complementan, convirtiéndose así en una pareja perfecta y equilibrada.
Las ilustraciones de Robin Isley son, sin duda alguna, una ventana traslúcida a sus ideas, al terror y a la lobreguez de su interior, transformándolas en piezas complejas por las que se deja ver la luz y la belleza desde una perspectiva actual y bastante personal.