Gu Wenda es uno de los artistas contemporáneos más influyentes y atrevidos de China debido a que revitaliza y reinterpreta varias de las más antiguas prácticas, así como la tradicional (y bastante compleja) caligrafía.
Este renombrado artista ha causado revuelo debido a que suele usar material fuera de lo común, como pelo humano y placenta, para dar forma a sus impresionantes creaciones.
La carrera de Wenda inició cuando este decidió romper las doctrinas ortodoxas chinas de los valores artísticos y cuestionó, como poca personas se han atrevido, a las autoridades de dicho país.
Así, sin habérselo propuesto, Gu Wenda se convirtió en una figura artística internacional más elogiadas de la actualidad que reflexiona no solo sobre los problemas que aquejan a China sino a toda la humanidad.
Wenda nació en Shanghai, China, en 1955, donde se graduó de la Escuela de Artes de Shanghai en 1976 y se recibió como maestro de la Academia de Artes de China en 1981.
En este último lugar fue donde se convirtió en el estudiante más destacado del maestro de pintura de paisaje clásica Lu Yanshao, por lo que decidió enseñar parte de lo que sabía por un lapso de 6 años, de 1981 a 1987.
Durante dicho lapso de tiempo creó su famosa serie The Mythos of Lost Dynasties en la que creaba estructuras a gran escala en las que imperaban caracteres chinos falsos, mal escritos o inventados pero legibles.
Este fue el primer ejemplo de arte conceptual utilizando caligrafía en China y fue tal el impacto que tuvieron sus obras que las autoridades prohibieron que el público en general disfrutaran de las piezas, por lo que solo un círculo selecto integrado por académicos y artistas pudieron verlas.
A partir de este momento, Gu Wenda empezó a experimentar con la creación de obras que buscaban eliminar los límites del lenguaje y la comunicación.
En 1987, el artista se mudó a los Estados Unidos para impartir clases en el Universidad de Minnesota, pero rápidamente su trabajo se hizo famoso por lo que decidió mudarse a Nueva York, donde actualmente vive.
Wenda decidió arrancar en 1993 con uno de sus proyectos de arte global más importantes, inclusivos y complejos: The United Nations.
A lo largo de casi 20 años el artista ha creado más de una veintena de instalaciones en las que recrea, utilizando cabellos y placenta, entornos contemporáneos.
La importancia de este trabajo, que aún sigue en curso, radica en que más de un millón de personas de todo el mundo han contribuido donando material (pelo o placenta) para que Gu Wenda cree un intenso diálogo multicultural y trascienda las diferencias nacionales y raciales.