Por contar con una sensacional propuesta, Wong Ping, de 37 años, es uno de los artistas emergentes más importantes de Hong Kong.
Sus creaciones crean discursos audiovisuales que combinan lo grotesco con imágenes que parecen haber salido de la década de los 80 por su estética y colores neón.
Con cada una de las obras que crea hace una rigurosa crítica sobre la sexualidad reprimida, los sentimientos personales y las limitaciones políticas que surgen en la sociedad.
Estudió Media Design en Australia, pero fue por su gran pasión por los videojuegos que aprendió a programar y crear softwares que le permitieron hacer animaciones.


Wong Ping ha declarado en diversas entrevistas que todos sus trabajos son una mezcla de metáforas y hechos vividos, una especie de espejo de la sociedad.
Gracias a que le gusta observar, el artista desarrolló el gusto por crear historias de cualquier cosa, lo que le ha ayudado en su trabajo artístico.
Su explosivo y muy colorido trabajo ha sido expuesto en ferias y museos de talla internacional como el Guggenheim Museum de Nueva York.