Para crear sus transgresoras obras, Tomás Saraceno, el artista argentino que cuenta con más proyección y reconocimiento mundial actualmente, fusiona arte y ciencia.
El creador ofrece en cada uno de sus performances e instalaciones respuestas a problemas que se presentan a nivel global.
Son las preguntas apremiantes de nuestro tiempo las que ocupan a Saraceno: ¿cómo vivir en mayor armonía con la naturaleza?, ¿cómo conservar los recursos naturales y desarrollar formas alternativas de vida y soluciones de movilidad? y ¿qué rol puede jugar en esto el arte?
El artista argentino concibe su trabajo como una respuesta a los desafíos globales: diseña ciudades que flotan sobre las nubes e investiga una aeronáutica que prescinda de combustibles fósiles y, por tanto, más respetuosa con el medio ambiente.
Tomás Saraceno también ha tejido gigantescas telas de araña por las que los visitantes pueden deambular a su gusto.
Con cada una de sus innovadoras piezas, el artista, de 48 años, transgrede límites y ensaya nuevas formas de comunicación y solidaridad.
Desde sus inicios, la carrera de Saraceno ha transcurrido entre el arte y la ciencia lo que le hizo destacar del resto.
Nació en 1973 en Argentina, donde estudió arte y arquitectura. En 2001 ingresó con una beca en la Städelschule de Frankfurt, Alemania, y luego decidió quedarse a vivir y trabajar en Berlín donde el mundo entero ha podido observar sus transgresoras propuestas.