Bob Sands, quien se desempeñó como compositor, flautista, clarinetista y profesor de jazz, falleció a los 55 años en Madrid, España.
La noticia la dio a conocer su banda a través de un breve mensaje que publicó en su cuenta oficial de Facebook.
“Ayer nos dejó nuestro querido Bob Sands. Tras la larga enfermedad y el dolor que hoy vivimos, debemos recordar cada uno de los buenos momentos, enseñanzas y experiencias vividas junto a él. Descansa en Paz amigo!!!”, señala el texto.
Sands, originario de Nueva York, Estados Unidos, estudió música clásica y se especializó en jazz en la Manhattan School of Music.
Como saxofonista tocó junto a grandes figuras del género como Dee Dee Bridgewater, Lionel Hampton, Paquito D’Rivera y Dizzy Gillespie.
El músico, famoso por sus impresionantes improvisaciones, llegó a Madrid en 1992 donde, sin haberlo planeado, se quedó el resto de su vida, pues buscaba ir a París a tocar pero esto nunca ocurrió.
Bob Sands fue un músico como pocos, aclamado por contar con una suavidad parecida a la de Ben Webster ya que acariciaba las notas. Verlo tocar en vivo fue un placer que disfrutaron quienes son habituales a los clubes de música jazz en vivo y festivales.
Conocido y reconocido por haber aportado profundidad a la música de muchos artistas, por lo que sin lugar a dudas se convirtió en una pieza clave en la evolución del jazz en España.
En sus últimos años se desempeñó como profesor en el Centro Superior de Música del País Vasco (Musikene).
También tocaba la flauta y el clarinete, pero el que puede ser considerado como su gran logro es el haber fundado una big band, la cual lleva hasta su nombre, pues este era el formato que más le gustaba, con el que más cómodo se sentía.
Bob Sands fue un maestro para decenas de músicos, pero sobre todo se convirtió en una verdadera institución del jazz en el viejo continente.
Por dicho motivo poco antes de que muriera, el 25 de mayo para ser exactos, recibió un muy merecido homenaje en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
De aquella noche, la cual estuvo llena de emociones y sentimientos debido a que Sands empeoraba por un cáncer con el que llevaba años luchando, solo quedan recuerdos y la satisfacción de haber visto al tan aclamado intérprete neoyorquino brillar por última vez antes de que su luz se extinguiera y solo nos quedara su inmenso legado musical.