Contrario a la creencia popular, Francia no siempre ha sido símbolo de elegancia o por lo menos no a la que actualmente tenemos en mente.
Hasta el siglo XVII, el lujo era un tema al que los franceses no tenían fácil acceso debido a que los espejos eran construidos en Venecia, las telas en Flandes y la porcelana en China.
Aquello no tenía nada contento al Rey Luis XIV y justo cuando Jean-Baptiste Colbert se convirtió en su Ministro de Finanzas, en 1665, vio una oportunidad, la de conquistar el mercado de lujo.
La situación en Francia en dicho momento no estaba nada bien debido a que estaban pasando por una fuerte crisis económica generada por un importante gasto militar, una gran tasa de desempleo y que una grave epidemia estaba acabando con su población.
Ante dicho panorama, el llamado Rey Sol y el Ministro Colbert decidieron traer el lujo a Francia al costo que fuera pues lo necesitaban para reactivar su economía.
En el documental dirigido por Stéphane Bégoin, historiadores hablan sobre una faceta poco conocida de la historia de Francia en la que el espionaje industrial, la caza de artesanos y varias artimañas fueron una constante.
Para desentrañar los secretos de fabricación de aquellos productos de lujo que tanto anhelaban fabricar en Francia, los enviados reales de Luis XIV decidieron recurrir a todo tipo de métodos, incluso a aquellos sin escrúpulos.
A través de una serie de anécdotas, escenas de reconstrucción, primeros planos de preciosos objetos de aquella época y testimonios de historiadores, el espectador podrá saber cómo fue el inicio del lujo francés y su verdadero costo.