Los arquitectos orientales destacan por su predilección a la filosofía minimalista y el modernismo, que hace de la frase “menos es más” una obra materializada. De este modo, la arquitectura busca deshacerse de cualquier medio y alcanzar la extrema ligereza.
Un ejemplo de esto es el estudio chino Jiuvffeng, ubicado en el distrito de Daiyue en la ciudad de Tai’an, y en medio del Gran Cañón Shenlong y el Monte Tai, la cima de las cinco montañas sagradas.
Comparado con la magnificencia y sublimidad del monte Tai, Jiunvfeng es simple y sobrio, y se planteó como una nube flotante que encumbra las montañas al instalarlo en el punto más alto de la cordillera.
La forma del edificio se divide en tres partes de arriba abajo: el “cuerpo de la nube”, conformado por un vidrio transparente y base de pared de gruesa piedra; el lado norte se enfrenta a la amplia interfaz de cañón y pico.
En tanto, el pasillo estrecho en la entrada conecta la barra de café y el área de lectura en los dos lados. Con ello, desdibuja el límite entre la arquitectura y el paisaje natural, lo que da a los visitantes y lectores la ilusión de estar en lo alto de bosques y montañas.
El sistema de estructura de acero ligero y membranas utilizado en el edificio principal tiene las características de firmeza, confiabilidad y liviandad, lo que permite que el diseño dibuje la forma delgada y elástica con la curva natural de la cima de la colina.