En busca de romper con la tradición, el pasado y los signos convencionales que la historia del arte consideraba como elementos principales surge el Futurismo en Milán, impulsado por Filippo Tommaso Marinetti.
El futurismo rechazaba la estética tradicional y buscó ensalzar la vida contemporánea basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.
Este movimiento fundamentalmente italiano procede del cubismo y se caracterizó por una exaltación de la originalidad, representación del tiempo, la velocidad, energía y fuerza. Un contenido relacionado con el mundo moderno: ciudades, automóviles, bullicio, máquinas, deportes, guerra, entre otros, colores resplandecientes, utilización de formas y colores para generar ritmos, transparencias y la multiplicación de líneas y detalles.
Conoce a tres de sus máximos representantes.
Umberto Boccioni
Fue un pintor, escultor italiano, teórico y principal exponente del movimiento futurista. Escribió junto con Carlo Carrà, Luigi Russolo, Giacomo Balla y Gino Severini, el Manifiesto de los pintores futuristas (1910), al cual siguió el Manifiesto del movimiento futurista (1910).
En ambos manifiestos el artista debía liberarse de los modelos y las tradicionales figurativas del pasado, para centrarse únicamente en el mundo contemporáneo, dinámico y en continua evolución.
En sus obras, Boccioni supo expresar el movimiento de las formas y la concreción de las materias. Utilizó los colores complementarios para crear un efecto de vibración.
Sus obras más destacadas: Tumulto en la galería (Rissa in Galleria, 1910), Estados de ánimo, Las despedidas (1911), en la cual los estados de ánimo se expresan mediante relámpagos de luz, espirales y líneas onduladas dispuestas diagonalmente, y Fuerzas de un camino (1911), donde la ciudad, casi un organismo vivo, tiene mayor importancia que las presencias humanas.
Carlo Carrà
Este pintor italiano fue uno de los líderes del futurismo que también escribió diversos libros relacionados con el arte.
Su trabajo durante este movimiento fue muy claro en sus formas y estilos, tenía una gran fascinación por la tecnología y los espectáculos nocturnos.
Entre sus obras destacan Los funerales del anarquista Galli, Penélope e Ídolo hermafrodita.
Giacomo Balla
Aunque en un inicio su pintura es impresionista, Balla se unió al movimiento futurista y se convirtió en un pintor lírico, ajeno a la violencia.
Sus obras más reconocidas tratan la dinamicidad de la luz y el movimiento simultáneo como Dinamismo de perro con correa (1912).
En 1918 publicó su Manifiesto del color, un análisis del color en la pintura de vanguardia.