Un nuevo libro sobre la locura de Vincent van Gogh
¿Demencia, drama amoroso o pelea entre amigos?, mucho se especula sobre los motivos que llevaron a Vincent van Gogh a cortarse la oreja izquierda el 23 de diciembre de 1888 en Arles, Francia. Sin embargo, nos estancamos en esa parte de la historia y nos hemos olvidado de los años posteriores cuando el post-impresionista ingresó al psiquiátrico Saint-Paul.
Desde el 8 de mayo de 1889 hasta el 16 de mayo de 1890 fue el tiempo en el que permaneció en el asilo y el cual aborda el nuevo libro Starry Night: Van Gogh en el Asylum, del periodista y estudioso de van Gogh Martin Bailey.
El autor saca a la luz nuevos detalles sobre cómo fue la vida en Saint-Paul, las pinturas que van Gogh creó mientras estuvo allí, así como una visión sobre su frágil estado mental. La investigación se basó en cartas, un diario inédito de un artista local que conocía al pintor neerlandés y registros del hospital.
Arte como terapia
Aunque en el Saint-Paul recurrían a la música y al arte para sanar a sus pacientes, van Gogh tuvo el privilegio de mantener su ritmo de trabajo debido a que se hizo amigo del director, Théophile Peyron. Sin duda, fue un momento muy prolífico en su carrera pero sus crisis lo llevaron a comer sus pigmentos: “Mis recuerdos de estos malos momentos son vagos", escribió a Theo, admitiendo haber comido "cosas sucias".
Durante ese periodo van Gogh hizo grandes pinturas, más de 150 de las cuales sobrevivieron. Las obras están inspiradas en el jardín del Saint-Paul, las vistas a los trigales, autorretratos y retratos del personal.
Al haber ingresado de forma voluntaria, permaneció poco tiempo. Para van Gogh estar en ese ambiente lo enfermaba más. Martin Bailey piensa que sus problemas de salud mental provocaron la automutilación.
"Él podría haber hecho esto en un esfuerzo desesperado por silenciar los terribles ruidos o palabras que creía estar escuchando", escribe Bailey. "En la máxima desesperación, Van Gogh podría haber creído que al quitarse la oreja ya no escucharía los terribles sonidos que lo estaban volviendo loco".
Después de van Gogh
Actualmente el Saint-Paul-De-Mausole continúa siendo un hospital psiquiátrico, pero también fue habilitado como museo. El público puede recorrer sus jardines, la capilla y el claustro del siglo XII, así como varias habitaciones, incluida una amueblada como si fuera 1889 nuevamente. El cartel dice "El dormitorio de van Gogh", pero el artista realmente dormía en una parte diferente del asilo.