Sí, sabemos que en esta época de pandemia el solo pensar en viajar y abordar un avión ya suena escalofriante, pero eso no nos limita a mostrarte los destinos que, antes del encierro obligatorio, ya eran considerados ciudades fantasma.
Estos lugares, por sus características e historia, han generado numerosas leyendas a lo largo del tiempo y, con ello, la curiosidad de los turistas más atrevidos.
Varosha, Chipre
Este paraíso mediterráneo lleva en el abandono más de 40 años, y en los años 70 funcionaba como un lujoso centro turístico de la ciudad de Famagusta, al este de Chipre, en donde incluso Elizabeth Taylor, Richard Burton y Brigitte Bardot se paseaban durante el verano.
Sin embargo, tras la división de Chipre en 1974 por la invasión turca, los habitantes de este puerto tuvieron que salir de ahí.
A partir de entonces, el sitio se mantiene cercado por instrucción del ejército y la frontera es conocida como la línea verde.
De acuerdo a testimonios de los vecinos de la zona, son pocas las personas que se han aventurado a traspasar hacia ese territorio.
Bokor Hill Station, Camboya
Bokor Hill Station es un pueblo de Camboya que terminó de construirse en 1925 con la intención de alojar a colonos franceses.
No obstante las mil personas que estaban a cargo de la construcción de una iglesia, un hotel y un casino fallecieron intempestivamente, por lo que en la década de 1940 los ciudadanos se vieron obligados a dejar sus hogares e irse a un lugar más seguro.
Treinta años después, en 1972, los jemeres rojos tomaron control de la zona, pero con el tiempo volvieron a abandonarlo y hasta la actualidad nadie ha vuelto a tomar posesión del lugar.
Centralia, Estados Unidos
Se dice que desde 1962 esta ciudad conserva un infierno subterráneo, cuando un incendio desencadenó una catástrofe que dejó desierta la zona.
Fundada en 1841, Centralia tuvo su mayor auge en 1841, cuando residían ahí alrededor de 1 mil personas, cuya vida económica radicaba en el producto de unas minas de carbón.
Pero la quema de basura realizada por un grupo de trabajadores al encontrarse con un mineral altamente expuesto propició la tragedia que mantiene aislado el territorio desde entonces, ya que, aunque las llamas exteriores pudieron ser apagadas, el fuego quedó encendido debajo de las minas.
Isla de Hashima, Japón
También conocida como Guankanjima, su nombre significa “Isla del acorazado” y proviene de la muralla que protegía el lugar del oleaje del mar.
Su fundación data de 1887 y se dio a partir del descubrimiento de una veta de carbón marítimo que servía para la explotación económica.
Casi un siglo después, en la isla perteneciente a la monumental empresa Mitsubishi, habitaban alrededor de 138 mil 100 personas, pero en 2002 el lugar fue donado a Nagasaki y los habitantes tuvieron que desalojar sus casas.
Actualmente, el lugar se mantiene desértico; sin embargo se realizan visitas guiadas para los curiosos que quieren adentrarse en los terruños abandonados.
Beichuan, China
De tintes apocalípticos, la ciudad china de Beichuan fue arrasada por un terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter en 2008.
Su devastación fue tal que el gobierno decidió dejar el lugar tal y como había quedado como un homenaje a las personas que perdieron la vida en la tragedia.
Y así permanece en la actualidad, como un recordatorio nostálgico para los turistas y viajeros que llegan hasta ahí.