Para llevar a cabo Brutal Burrito en Madrid, Burr Studio buscó inspiración en los vendedores ambulantes y puestos de mercado, emulando el espacio temporal y esporádico en el que viven estos restaurantes clásicos, haciendo referencia tanto a su forma física como a su ambición de cambiar y evolucionar.
Llamado así por las asperezas, imperfecciones y restos que aparecen en un proceso de alteración, Burr es un estudio de arquitectura experimental con base en Madrid que mira el diseño asimétricamente, liderado por Elena Fuertes, Ramón Martínez, Álvaro Molins y Jorge Sobejano, y juntos idearon este proyecto que trata el interior como un cuerpo a vestir, estableciendo así una distinción entre partes desnudas y partes vestidas.
El espacio preexistente permanece 'desnudo', asumiendo una estética cruda basada en superficies y pisos enlucidos rugosos que reflejan la materialidad de las aceras circundantes. El elemento ‘vestido’ se desarrolla como un sistema textil que distribuye los comedores. Para la separación de zonas se utiliza un tejido estirado, basado en técnicas utilizadas en los mercadillos.
Para crear un contraste con esta referencia callejera, el proyecto se apoya en influencias bastante clásicas utilizando arcadas para delimitar los espacios interiores. Este tipo de estructura se asemeja a castillos inflables para niños; una especie de tradición hecha de plástico. Esta condición desmontable, casi desechable, otorga cierta espontaneidad al interior; la sensación de ser un lugar que realmente no pertenece allí.
En consonancia con esta idea, el despliegue de la fachada se compone de elementos intencionadamente desajustados, haciendo que las arcadas parezcan desvinculadas de los ventanales de la calle, por lo que se entiende como una serie de capas que no encajan entre sí.
Los elementos de cocina, en cambio, toman una posición fija. Adoptan una estética funcional y técnica, utilizando el acero inoxidable como superficie sanitaria sobre la que preparar o servir la comida. El techo se extiende fuera de la cocina, invadiendo el resto del espacio con reflejos metálicos, difuminando la diferencia entre los dos lados de la barra.
Entre todos los elementos de la cocina, dos destacan por encima de todos los demás. El primero es el comal, una adaptación del tradicional utensilio de cocina precolombino utilizado principalmente en México. Toma una posición central, tanto física como simbólicamente, representando todas las operaciones de cocción desarrolladas por Brutal Burrito. Es un cilindro de acero inoxidable brillante, partido en dos mitades, una plancha y una campana extractora, solo conectados por humo y llamas. El segundo elemento es la tortilladora, un aparato desarrollado específicamente para producir tortillas, que rara vez se encuentra fuera de América Latina.
De esta manera, el visitante se encuentra con la tortilladora en acción, produciendo las tortillas que luego se comerán, encerradas en una vitrina protectora.
El mobiliario diseñado para Brutal Burrito se basa en la técnica del doblado del tubo de aluminio, utilizada fundamentalmente para la producción de mobiliario de exterior para pequeños bares y restaurantes en España.
Para las mesas y los asientos, los diseñadores eligieron una tabla de cortar de alta densidad, comúnmente utilizada en la cocina para picar y rebanar alimentos. La repetición de estos elementos dio como resultado dos grandes mesas de uso compartido.
Los comensales pueden tomar un taburete de acero tubular y ordenar del menú de platos clásicos de Brutal Burrito, que incluye una opción vegana con salsa macha y chile guajillo.
Se ubica en: C. de San Bernardo, 64, 28015 Madrid, España.