El estudio de arquitectura sueco ASKA creó Café Banacado en Estocolmo, un hermoso lugar de 70 metros cuadrados en la que la estética de las calles de Cuba y las películas de Wes Anderson imperan.
La cafetería cuenta con una paleta de colores de amarillos apagados, tonos marrones y crema, elegidos deliberadamente para evocar los bares y cafés bañados por el sol en los climas más sureños.
El piso de tablero de ajedrez es una referencia a Cuba, lo que le da un toque sumamente cálido y diferente
Café Banacado cuenta con una serie de toques vintage, lo que incluye una pared adornada con imágenes Polaroid y un espectacular tocadiscos, lo que brinda un aire de nostalgia.
Este lugar también hace un guiño al estilo retro de ensueño del cineasta estadounidense Wes Anderson debido a que cuenta con una fuerte simetría y se construye desde una perspectiva de un solo punto.
En Café Banacado fueron empotrados varios sofás que cuentan con cómodos cojines de color marrón pálido, así como pequeñas mesas especialmente diseñadas por ASKA para el espacio.
El esquema de color se decidió como una forma de crear un interior armonioso mediante el uso de sutiles cambios tonales.
Grandes espejos cortados fueron colocados en puntos claves de la cafetería para brindar una sensación de amplitud.
Para decorar el espacio, los diseñadores encargaron a la artista Ulla Gustafsson que creara lámparas hechas de vidrio rayado, las cuales recuerdan a los tradicionales caramelos de polca suecos.
Las obras de arte del pintor impresionista Carl Palmé también fueron colocadas en el establecimiento junto con discos de vinilo y plantas en macetas para darle mayor sofisticación.