Andrea Arice busca reformular experiencias y percepciones personales a través de los experimentales y algo oscuros NFTs y obras 3D que crea.
Para alcanzar su meta, el artista despierta emociones y suele evocar recuerdos olvidados para que el espectador pueda llevar a cabo interpretaciones libremente.
Por lo tanto, Arice permite que los espectadores se adentren en mundos alternativos a través de sus ojos. Debido a esto rechaza que su trabajo reciba cualquier tipo de etiqueta.
Cabe señalar que los gráficos por computadora son solo un medio que le sirven al italiano para materializar un propósito más grande: el transmitir visiones capaces de asombrar y dejar una huella emocional.
Después de graduarse en Ciencias de la Computación, Rice decidió mudarse de Milán a Dublín para poder trabajar en lo que tanto le llamaba la atención y así comenzar su carrera profesional.
Su enfoque visual único, particularmente en su trabajo sobre imágenes de moda y películas, le han permitido llevar a cabo notables encargos de Vogue Italia y Etro.