Marianne Brandt fue pionera en derribar barreras de género en el arte al ser la primera mujer en ingresar y dirigir el Taller de Metales de la famosa escuela multidisciplinaria Bauhaus.
Originaria de Chemnitz, Alemania, Marianne nació el 1 de octubre de 1911 y se sumergió a la vida artística a través de la Escuela Superior de Bellas Artes de Weimar, en donde estudió pintura y escultura.
Esta formación le dio las herramientas para dedicarse a la ilustración mientras era veinteañera y por la que viajó por París y Noruega.
Al cumplir treinta años y después de compartir una temporada con el pintor noruego Erik Brandt –de quien tomó el apellido-, regresó a Weimar para inscribirse en la Bauhaus en 1924.
Su estancia en la emblemática institución fue complicada, debido a que su interés se enfocó en acceder al Taller de Metales, un lugar reservado para los hombres.
No obstante, su perseverancia, talento y la maestría con la que creaba le otorgaron un lugar en ese espacio. Mismo que dirigió por un corto plazo en los años siguientes.
El trabajo de Marianne Brandt se distinguió entre el de los artistas, arquitectos y diseñadores que estudiaban a su par, por la sencillez de sus diseños y el uso poético de formas geométricas en objetos ornamentales del hogar.
Componentes que destacan en una de las obras más representativas del repertorio de la artista alemana y del legado Bauhaus: el juego de café y té MT49.
Como artista industrial trabajó en diferentes firmas de diseño, donde creó mobiliario y distintos artículos, como lámparas, ceniceros, portapapeles y relojes.
De sus otras aficiones, destaca su pasión por la fotografía y el collage, obras que han formado parte de exposiciones en el Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Británico, entre otros.
Marianne falleció a los 89 años en Kirchberg, Sajonia, después de su brillante paso en el mundo del arte y de abrir un nuevo camino para las artistas de futuras generaciones.