Héctor García Cobo fue un fotógrafo excepcional que retrató la vida cotidiana de México en los años 50, para convertirla en memoria colectiva y documentación puntual de una época.
Nació el 23 de agosto de 1923 en el barrio de La Candelaria de los Patos, en el seno de una familia humilde.
Se dice que su madre lo debía amarrar a la cama cuando salía debido a que era muy inquieto. Fue por ello que lo apodó ‘pata de perro’.
Desde pequeño tuvo que trabajar como bolero, cargador o vendedor de periódicos y chicles en las calles de Bucareli.
A los siete años ya era un 'niño independiente'.
Poco después se le acusó de haber robado comida y fue a parar a la correccional de menores.
Durante su estancia la madre de este falleció y mediante un permiso especial se le permitió acudir al funeral.
De la correccional a la fotografía
Dentro de aquel lugar conoció al Dr. Gilberto Bolaños Cacho, quien fungiría como la figura masculina más cercana y le obsequiaría su primera cámara.
Al salir y con 18 años ingresó al Instituto Politécnico Nacional, pero el quería más.
Se incorporó a la Academia de Artes Cinematográficas en donde conoció figuras de la talla de Salvador Novo, Manuel Álvarez Bravo y Gabriel Figueroa.
Bolaños lo recomendó para la revista Celuloide, en donde comenzaría desde mozo y se desarrollaría profesionalmente. El resto es historia.
Colaboró en Novedades, México en la Cultura, incluso en publicaciones extranjeras como Time o Life. Y para 1950 fundó su propia agencia: Foto Press.
Se convirtió en un extraordinario fotoperiodista con estilo definido y sensibilidad notable.
Así, se le otorgó en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo.
Es reconocido por sus magníficas imágenes. Falleció el 2 de junio 2012.
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