La reconocida fotógrafa estadounidense Eve Arnold abordó, a lo largo de su trayectoria, una gran diversidad de temas y sujetos, pero al final todos ellos contaron con un hilo común: mostraron el lado más humano, el menos conocido.
Hija de inmigrantes rusos, Arnold nació en Filadelfia, Pensilvania, en 1912. Fue hasta que cumplió 31 años que decidió dejar su ciudad natal para instalarse en Nueva York y alcanzar sus sueños: el de convertirse en fotógrafa.
Al llegar a la Gran Manzana encontró una oportunidad, aunque no era la que había imaginado, para comenzar su trayectoria en la industria fotográfica.
Resulta que The New York Times buscaba una fotógrafa amateur para encargarse de la planta de película fotográfica, así que esto le permitió tener un ingreso fijo y en su tiempo libre salir a capturar las calles de Nueva York con una cámara que le había regalado un antiguo novio.
Malcolm X por Eve Arnold. Fuente: Magnum Photos Website
Joan Crawford por Eve Arnold. Fuente: Magnum Photos Website
Su carrera despegó cuando, a sus 39 años, se presentó con su portafolio en la sede neoyorquina de la legendaria cooperativa de fotógrafos Magnum.
Eve Arnold, sin habérselo propuesto, redefinió la imagen de la agencia con su siempre humanística visión y el cómo documentaba la generación de la posguerra.
En la década de los 50 y 60, Eve Arnold viajó a Haití, Cuba, Rusia y Puerto Rico para documentar la pobreza, eventos políticos más relevantes y el cómo estos afectaban la vida de los ciudadanos, así como la vida en general de las mujeres.
Lo que hizo Eve Arnold fue toda una proeza ya que en aquella época a las mujeres no se les permitía brillar con la fuerza que ella lo hacía, pero esta abrió camino al resto hasta el día en que murió, un 4 de enero de 2012.
Moda en Harlem, Nueva York por Eve Arnold. Fuente: Magnum Photos Website
