A través de sus fabulosas (y bastante disruptoras) instalaciones, Yinka Shonibare CBE explora problemas vinculados a la raza y clase social.
Shonibare nació en 1962 en Londres, Inglaterra, y se mudó a Lagos, Nigeria, a la edad de tres años. A partir de ese momento se dio cuenta de los grandes contrastes que existen en el mundo.
Los años pasaron y Yinka halló en el arte el medio perfecto para canalizar toda su energía y creatividad.
Debido a esto, el ahora consolidado artista decidió centrar su práctica en cuestionar, de la bella forma que solamente él lo sabe hacer, sobre el significado de las definiciones culturales y nacionales.
Un dato curioso sobre las instalaciones que lleva acabo es que siempre, de una forma u otra, emplea tela batik africana de colores brillantes que compra en el mercado británico de Brixton.
Lo anterior se debe a que en la década de los 60 dicho material se convirtió en símbolo de la identidad e independencia africana.
Las instalaciones de interior a las que da vida suelen presentar maniquíes de tamaño natural suspendidos en medio de la acción para así dejar al espectador crear su propia historia, algo sencillamente brillante pues da carta abierta a cada persona para desarrollar historias.
La propuesta de Yinka Shonibare CBE vale la pena estudiarla a fondo ya que además de capturar la atención del espectador por la mera apariencia de los objetos también hace añicos a los prejuicios, pues cuestiona a la historia y a las exclusiones que se han visto a lo largo de tanto siglos por diversos motivos.