El surrealismo, la geometría, lo antiguo y lo místico, se encuentran en la obra de dos grandes artistas europeos: Pedro Friedeberg y Jess Johnson.
Friedeberg, originario de Italia, y Johnson, nacida en Nueva Zelanda, comparten su interés por los patrones geométricos, la arquitectura y la exploración de la estética.
Sus eleboradas y sofisticadas técnicas son completamente hipnóticas y fantásticas, pues indudablemente transportan a planos astrales y multidimensionales.
Tanto Friedeberg como Johson exploran las culturas, el origen y la simbología de una manera tan impecable que por esto te invitamos a dar un repaso por la obra y vida de estos dos grandes creativos:
Pedro Friedeberg
Sus obras, esculturas e icónicas sillas de mano, han hecho a Pedro Friedeberg, uno de los grandes representantes del surrealismo.
Con 86 años, el artista que creció y vive en México, posee una técnica tan peculiar que inició como una propuesta contraria a la arquitectura funcionalista y minimalista de la Bauhaus y “ el buen gusto”.
Impulsado por Remedios Varo y Mathias Goeritz, Friedeberg inició su carrera, reconocida internacionalmente, por ofrecer una propuesta distinta, que en sus inicios, mostró lo que sería el principio del pop y op-art.
Y ver una obra de Friedeberg sin duda es un viaje a una historia donde los objetos tridimensionales, los ensamblajes de objetos encontrados y transformados, las geometrías volumétricas y bidimensionales, las escenografías teatrales barrocas y los planos arquitectónicos y urbanísticos, se funden con lo irónico, lo absurdo, lo, religioso, lo simbólico, lo místico, lo fantástico y lo real.
Jess Johnson
La artista neozelandesa de 43 años, posee un estilo marcado y contundente. Su obra refleja ideologías sobre la tecnología y el cuerpo, tanto antiguas como futuristas.
Trabajando instalación, video, realidad virtual y moda, Johnson con sede en Nueva York, crea un mundo ficticio que se desarrolla inicialmente a mano a través de sus dibujos.
Jess Johnson que ha presentado su obra en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Japón, tiene como eje los patrones geométricos, los personajes antropomórficos, los entornos espaciales arquitectónicos y las reliquias del mundo antiguo.