Phyllida Barlow, considerada como una de las artistas tardías más célebres del mundo debido a que su carrera despegó hasta que se retiró de su trabajo de toda la vida a los 65 años, falleció a los 78 años.
Esta artista era mejor conocida por crear esculturas e instalaciones a gran escala con materiales modestos como cartón, madera contrachapada o poliestireno. Debido a su gran trabajo, Barlow representó a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia en 2017.
Casi tan notable como sus obras de arte fue su biografía. Barlow saltó a la fama internacional como escultor solo después de jubilarse en 2009 tras haber trabajado cuatro décadas enseñando arte. Su carrera incluyó 20 años como profesora en la Slade School of Fine Art, donde sus alumnos incluyeron a Rachel Whiteread, Tacita Dean y Monster Chetwynd.
Aunque había estado creando su propio arte a lo largo de su carrera docente, la primera exposición importante que Phyllida Barlow llevó a cabo en una galería pública no fue hasta un año después que se retirara de su trabajo, es decir, hasta 2010, en Serpentine.
Dock, 2014. Phyllida Barlow. Foto: Royal Academy
Le siguieron presentaciones en el New Museum de Nueva York y en el Nasher Sculpture Center de Dallas. En 2014 fue la encargada de crear el "muelle" de exposición para las Duveen Galleries de la Tate Britain.
Nacida en Newcastle en 1944, Barlow era hija de Erasmus Darwin Barlow, psiquiatra y bisnieto de Charles Darwin, y Brigit Ursula Hope Black, escritora. Su familia se mudó a Richmond, al oeste de Londres, después de la guerra, y sus experiencias infantiles de daños por bombas inspirarían gran parte del trabajo de su vida.
“Tengo muchas referencias sobre daños, reparación y regeneración”, dijo a The Guardian. “Una especie de ciclo de decadencia y regeneración. Eso me fascina, porque eso es lo que ha presenciado mi generación, ver Londres en ruinas y luego verlo surgir y luego caer de nuevo”.
A Barlow le gustaba dibujar desde pequeña y debido a esto fue a la escuela de arte, donde descubrió que lo que más le gustaba en este mundo era crear esculturas con arcilla o cualquier cosa que resultara suave al tacto.
En 1966, Barlow se casó con otro artista, Fabian Peake, hijo del escritor e ilustrador Mervyn Peake, creador de los libros de Gormenghast. Estos tuvieron cinco hijos y mientras su vida transcurría ella hacía arte en su estudio, además de dar clases por más de 40 años.
A la edad de 65 años, Phyllida Barlow decidió retirarse de la enseñanza y decidió trabajar aún más en su arte. Justo en ese momento fue cuando sucedió algo mágico y totalmente inesperado: lanzó una especie de hechizo que hizo que las personas vieran lo que no habían visto antes, sus instalaciones.
Su trabajo se empezó a cotizar muy bien en muy poco tiempo y así fue como empezó a ser nominada a premios y viajó a muchos lugares del mundo para exhibiciones. Por primera vez en su vida podía hacer esculturas más grandes de lo que jamás había soñado y así, a los 73 años, alcanzó lo que cualquier artista sueña, que es exponer su trabajo en la Bienal de Venecia.
Phyllida Barlow falleció, pero el legado que dejó va más allá de su trabajo pues demostró que nunca es demasiado tarde para brillar.