A través de colosales instalaciones textiles, la artista estadounidense Sheila Hicks construye, literalmente, puentes entre el arte, el diseño, la arquitectura y las artes decorativas.
Para Hicks, de 86 años, el tejido es un lenguaje universal debido a que es un elemento crucial en todas las culturas del mundo.
La virtuosa del arte textil contemporáneo crea obras que fusionan las bellas artes con el diseño y las artes aplicadas con la arquitectura para dar vida a objetos y entornos en los que el tacto, la forma y el color -desde lo sutil hasta lo vibrantemente luminoso- se vuelven un fascinante idioma propio.
Nacida en la ciudad de Hastings, Nebraska, Sheila Hicks se formó en la Escuela de Arte de la Universidad de Yale, donde tuvo entre sus profesores a Josef Albers, uno de los principales exponentes de la Bauhaus.
En los inicios de su trayectoria, Hicks se dedicó a la pintura y a la fotografía pero luego encontró en el textil una forma de arte a través de la cual podía aproximarse a la esencia de las personas.
Fue el hallazgo, también en Yale, de las civilizaciones previas a los incas lo que le hizo descubrir el color y dejar de lado su formación como pintora.
En 1957 decidió llevar a cabo un viaje por Sudamérica, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, lo que resultó crucial en su formación profesional.
En el recorrido que realizó por los Andes fue donde aprendió más sobre técnicas textiles y cosmovisiones ancestrales que cambiaron por siempre su vida, pues inspirada en los paisajes y arquitecturas del sur de América, comenzó a crear su propia obra textil pero aún le faltaban herramientas para desarrollar su propio estilo.
Sheila Hicks ha declarado en diversas entrevistas que sus verdaderos maestros fueron un indio mexicano de Guerrero que hacía guaraches con viejos pedazos de neumático y un arquitecto autodidacta de Oaxaca que construía casas con tallos de bambú y seda de cactus.
A partir de aquel momento, la artista aprendió a pintar con sus dedos, con las manos. Literalmente aprendió a pintar sin pinceles y en tres dimensiones.
De acuerdo con la artista, la sensibilidad y la poesía de la gente de cualquier lugar del mundo se puede conocer al ver sus tejidos y es precisamente ahí donde radica la importancia de su impresionante obra.
Con más de cinco décadas de trayectoria artística, la obra de Sheila Hicks ha sido expuesta en destacados museos, galerías internacionales, monumentos y espacios públicos, entre ellos el Centre Pompidou y el Palais de Tokyo en París, el Tate en Londres y el High Line Park en Nueva York.