El Arte Cinético es aquella corriente que se basa en la estética del movimiento y en vibraciones de la retina e ilusiones ópticas, generando un juego con la percepción visual del espectador, y uno de sus máximos exponentes actuales es David C. Roy.
Si uno pudiera entrar a la oficina de David, autor de Wood That Works, encontraría un sonido melódico tipo clic de madera sobre madera mientras vería ve sus esculturas descender y columpiar en patrones hipnóticos, y manteniéndose a través de la mecánica que el escultor desarrolló basándose en sus estudios de física y su interés en la ingeniería, porque, desde que tiene memoria, ha estado obsesionado con crear movimiento.
Como hijo de un diseñador de motores, heredó una cierta aptitud para la mecánica, asegurando lo que le permite que puede mirar máquinas y entenderlas rápidamente. Debido a esto el artista recuerda muy la obsesión que tenía por conocer cómo funcionaba el péndulo del reloj de su casa, lo que le ayudó a desarrollar ciertas habilidades que más adelante le servirían en su carrera profesional.
Con todo eso, asegura Roy, solo es cuestión de encontrar los materiales y las técnicas debidas para poner en marcha cualquiera de sus esculturas.
'Dimensions Kinetic Sculpture' (2015) David C. Roy. Foto: wikipedia.org
Su proceso comienza con escoger madera procesada de abedules que crecen únicamente a lo largo del mar Báltico (ya que es más estable y sólida que la madera contrachapada estadounidense). Implica inventar piezas a lo largo del camino, dependiendo del tamaño y la complejidad, y luego usarlas ya que cada escultura se compone de docenas, sino cientos, de componentes.
Un ejemplo de esto puede verse en su trabajo Evolution, que consiste de alrededor de 65 piezas, incluidas 24 piezas de madera y aproximadamente 30 cojinetes de metal, resortes, tornillos, tuercas, ejes, pesos de latón y pasadores. Silver Symphony, una pieza de timbre independiente, otra de sus obras más complejas, consiste de al menos 300 partes.
“Todas mis piezas son la liberación controlada de energía”, dice Roy. “El arte hace que el movimiento sea interesante.”
Cada pieza elaborada por Roy necesita un número específico de pruebas y modificaciones (algunas esculturas necesitan hasta cinco revisiones antes de que Roy esté satisfecho), lo cual resulta en ediciones limitadas que puedan ser refinadas y así puedan mantener sus precios razonables para los coleccionistas.
Este tipo de cuidado y mecánica sencilla ha hecho que cualquiera pueda sacar una escultura de David C. Roy de la caja, colgarla y mantenerla funcionando durante 25 años o más.
'Duality', David C. Roy. Foto: wikipedia. org
De esta manera, lo que comenzó en un stand de exhibición de artesanías como solución al pago de sus deudas, hoy es un negocio internacional de esculturas con ingeniería impecable que son exhibidas en museos, galerías y colecciones corporativas y privadas, todo mientras mantuvo su matrimonio, crío dos hijas, y estableció invaluables relaciones comerciales que lo posicionan como un artista de renombre para el arte cinético.
Hoy, David se dedica a continuar produciendo sus trabajos que siguen encantando a coleccionistas y al público en general por igual, mientras vive en casa con su esposa y recibe a sus nietos, que por cierto, viven creyendo que todos los abuelos del mundo trabajan en esculturas cinéticas como el suyo, sin embargo, crecerán a entender que la pasión de David es especial, y legado vivo de una corriente artística que nos involucra a participar.