Los murales que el grafitero chileno INTI Castro crea, siempre con una atractiva paleta de colores, resultan magnéticos a simple vista por abordar temas tan diversos como la vida, la muerte y la religión.
Este artista, cuyo nombre lo tomó del inca del sol y de la palabra quechua para el sol, rinde homenaje a sus raíces chilenas a través de sus creaciones.
La trayectoria de este súper talentoso chileno comenzó cuando apenas tenía 14 años, en el año 1996, en La Serena, el barrio en el que vivió toda su vida.
Así, poco a poco y con el paso de los años, fue explorando diversos estilos hasta que finalmente estudió en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar para pulir sus habilidades y saber bien qué quería transmitir.
Así fue como INTI Castro llegó a la creación de colosales murales en los que imperan los colores brillantes ya que, a través de ellos, busca transmitir la energía de la antigua cultura sudamericana.
Los personajes a los que da vida este artista son, literalmente, un reflejo de toda la cultura chilena: los Incas, los miembros de las tribus, los campesinos, los católicos, los revolucionarios y personas claves de la actualidad.
INTI Castro es un muralista totalmente diferente ya que presume con orgullo (y muchísimo estilo), a través de sus místicas obras, parte de la rica historia cultural de América del Sur frente al capitalismo globalizado.