Frank Auerbach es uno de los artistas internacionales más importantes de la actualidad. Desde su aparición en 1959 a través de la revista británica X, su trabajo perteneciente al excesivismo y su voz se han establecido en lo más alto del mundo del arte.
Pero para entender la reputación que precede a Auerbach, es vital redesecubrir el pasado que lo formó.
Nació el 29 de abril de 1931 en Berlín de padres judíos: su padre abogado y su madre una ex estudiante de arte. Frank Auerbach vio su infancia interrumpida por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, por lo que fue enviado en 1939 a Inglaterra para escapar del nazismo, dejando atrás a sus padres que murieron en campos de concentración.
Sus años formativos los pasó en un internado progresista en Kent, aunque se mudó varias veces debido a los embates bélicos. Finalmente llegó a la St Martin's School of Art de Londres, de 1948 a 1952, donde estudió con el cubista David Bomberg y Leon Kossoff, que serían dos de sus amigos más cercanos, expecialmente Bomberg debido a que este fue su mentor.
Posteriormente ahí se instaló y puso en marcha sus años más creativos durante la década de 1950. Cuando acabó su estancia, Auerbach pasó al Royal College of Art, donde conoció a su primera esposa Julia, y en 1956, gracias a Helen Lessore de la Beaux-Arts Gallery, inauguró su primera exposición individual.
Gracias a esa primera muestra, encontró el apoyo del crítico David Sylvester, quien escribió sobre 'la más emocionante e impresionante primera exposición individual de un pintor inglés desde Francis Bacon en 1949'.
Sin embargo, su técnica empastada, que enfatizaba la gestualidad de la pincelada y que dotaba a la obra de una gran tridimensionalidad, recibió muchas críticas de varios críticos que argumentaban que el trabajo de Frank Auerbach estaba más cerca de la escultura que de la pintura, a lo que Sylvester respondió en su obra de 1956, Young English Painting: "A pesar de la pintura amontonada, estas son imágenes pictóricas, no escultóricas, deben leerse como pinturas, no como relieves policromos, y expresan su punto simplemente porque su estructura física es virtualmente la de la escultura, pero su impacto psicológico es el de la pintura.”
Con el paso de los años, y haciendo caso omiso a quien criticaba su forma de llevar a cabo el lienzo, la acumulación excesiva de pintura que adoptó Frank se fue haciendo constante en algunas de las galerías más llamativas de Europa. Expuso regularmente en la Galería Beaux-Arts hasta 1963, y a partir de 1965, en la Galería Marlborough.
Más adelante, el trabajo del artista nacido en Berlín recibió una retrospectiva del Arts Council en la Hayward Gallery, en 1978, y tuvo exposiciones individuales en el Pabellón Británico en la Bienal de Venecia de 1986, y en el Rijksmuseum Vincent Van Gogh, de Amsterdam, en 1989.
Y desde entonces, no ha habido nada que detenga el fogueo de su inquetante y fascinante pintura, que hasta el día de hoy, es adquirida por exhorbitantes precios.
La complejidad de Frank Auerbach
El trabajo de Auerbach suele ser confundido con trabajos correspondientes a la corriente del expresionismo, pero de acuerdo a los críticos de arte, como un expresionista, las pinturas de Auerbach fallan en ser representativas, ni de llevar a cabo el equivalente visual de sus sujetos, que son en su mayoría retratos y escenas de la ciudad.
Por lo tanto, es más adecuado categorizarla como perteneciente a la corriente figurativa, de acuerdo a los ponentes del arte, que incluso han llamado su trabajo "un paroxismo repentino".
La obra de Auerbach son retratos vagamente humanos, pero nunca delineados definitivamente. Sus imágenes se vuelven caóticas con aplicaciones extremadamente intensas de pintura y pinceladas gruesas, ataques de manchas, ángulos extraños y bordes borrosos.
Al final, un hombre intensamente reservado que sigue prefiriendo dejar que sus pinturas hablen por sí mismas, Auerbach presume de tener el puesto de maestro moderno, ya que su fusión de realismo, abstracción e introspección psicológica en capas escultóricas de pintura llevó la pintura posterior a la Segunda Guerra Mundial en nuevas direcciones, inspirando a tantos.