Rufino Tamayo (1899-1991) es considerado uno de los pintores mexicanos de mayor relevancia en el siglo XIX.
El pintor modernista nacido en Oaxaca, México, fue de los primeros artistas latinoamericanos que consiguió reconocimiento y difusión de su obra a nivel internacional.
Junto a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco trabajó en proyectos que formaron parte del movimiento muralista.
Aunque en un inicio, su deseo era convertirse en un gran músico, al llegar a vivir a la Ciudad de México quedó impresionado con la arquitectura colonial del lugar y su instinto artístico se despertó aún más.
El negocio familiar (venta de fruta al mayoreo) lo alejaba de su verdadera pasión, es por ello que decidió tomar clases a escondidas en la ENEBA y en 1917 ingresó de manera formal a la Academia de Bellas Artes de San Carlos.
En 1921 deja la escuela y se emplea como dibujante en el departamento etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.
Su primera exposición la montó en 1926, misma que le supuso un reconocimiento que le permitió exponer sus obras en el Art Center de Nueva York.
La difícil vida que llevó de niño, pues su padre lo abandonó cuando tenía cuatro años y su madre murió años después, inspiró su pintura, así como los colores y texturas que observaba en el mercado de La Merced donde su familia tenía el negocio.
Sus obras, llenas de color, perspectiva, textura y armonía combinan su herencia mexicana y el arte prehispánico con vanguardias internacionales.
Pintó más de 3 mil óleos, entre ellos, 20 retratos de su esposa Olga Flores, con quien estuvo casado 57 años.
También realizó 465 obras gráficas, entre litografías, mixografías 350 dibujos, 20 murales y un vitral.
Usó la densidad del color y la calidez de la textura en distintos medios y técnicas: óleo, temple, grabado, dibujo, mural, mixografía, acuarela y litografía.
Su obra se encuentra expuesta en museos nacionales e internacionales, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología, los museos de Arte Moderno de México y Nueva York, El Guggenheim, son solo algunos de los recintos culturales en los que el arte de Tamayo ha figurado.
Su obra se encuentra expuesta en museos nacionales e internacionales, el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología, los museos de Arte Moderno de México y Nueva York, El Guggenheim, son solo algunos de los recintos culturales en los que el arte de Tamayo ha figurado.