Inka Essenhigh es una artista radicada en Nueva York que pinta imágenes que conjugan la cultura contemporánea con reinterpretaciones surrealistas de la realidad que la rodea.
Sus “fábulas distorsionadas” llenas de color y formas están pobladas de arquetipos, duendes y naturaleza. Mismas que “respiran y se ondulan” vitalmente, como cuando el océano se convierte en un monstruo marino, el árbol se convierte en una diosa o los amantes de los bares en tendencia se convierten en demonios borrachos.
Así describe su obra la artista que encuentra inspiración en los paisajes neoyorquinos.
A la vez que afirma que sus imágenes están imbuidas de un sentido de una narrativa colectiva inconsciente y traviesa que “se abre paso en cada paisaje, edificio y figura”.
De este modo, la obra de Inka Essenhigh es un conjunto de mitologías que luchan por "el sentimiento de una visión interior" capturada durante las horas del crepúsculo de las brujas.
