Tras varios años de retrasos en su creación, una versión más pequeña de Cloud Gate, la súper popular escultura del artista británico-indio Anish Kapoor en Chicago, finalmente fue inaugurada en Nueva York.
El también llamado “mini-frijol” de casi 2 metros de altura y 40 toneladas, cuyo costo se estima entre los $8 y $10 millones de dólares, fue colocado en el 56 de la calle Leonard, en el vecindario de Tribeca, en Manhattan.
Esta pieza fue cuidadosamente colocada en el exterior de una torre de lujo para que solo los residentes pudieran ver todos sus ángulos. El condominio, conocido como Jenga, fue diseñado por Herzog & de Meuron. Resulta que el propio Kapoor allí compró un departamento de cuatro habitaciones por $13.5 millones de dólares en 2016.
La noticia de la inauguración de la escultura que aún no cuenta con un nombre oficial fue reportada por Curbed, sitio web especializado en bienes raíces y diseño urbano en Nueva York.
La instalación de la escultura de Anish Kapoor afuera del edificio Jenga fue todo un reto. Foto: Designboom
El trabajo para pulir la nueva escultura de Kapoor comenzó hace más de cuatro años, pero dicho proceso se retrasó por diversos problemas de construcción y restricciones de viaje derivados por el Covid-19.
Pero los retos para completar dicha obra empezaron a surgir desde antes, pues en un correo electrónico enviado en 2018 por el fabricante Performance Structures, Inc. al desarrollador Alexico Group, este le explicó la complejidad del proyecto de alto perfil y cómo es que se diferenciaba de Cloud Gate.
Requería 38 placas de acero inoxidable hechas con absoluta precisión y un marco de soporte personalizado, todos soldados, lijados y pulidos para que cuando todos estuvieran ensamblados, los resultados crearan una forma escultórica perfecta.
“Cuando esté terminada, toda la escultura estará suspendida con un sistema de cables y resortes para que pueda moverse ligeramente con los cambios de temperatura y las cargas de viento y nieve”, se lee en el mail obtenido por el Tribeca Citizen, otro medio local de Nueva York.
Otro gran problema que frenó la apertura de esta obra fue la prohibición temporal de visitantes extranjeros durante la pandemia, por lo que personal de instalación especializado de Kapoor no pudo ingresar a los Estados Unidos cuando estaba planeado.
Entre las complicaciones adicionales a las que se enfrentó Anish Kapoor se encontraron retrasos en el envío de las partes de la escultura y que un lado de la pieza se calentara y expandiera hasta quebrarse.