La floración de los cerezos es un momento realmente importante (y popular) en Japón y resulta que este año ya arrancó.
En estas fechas, en las que los cerezos japoneses están en flor, el clima suele ser bueno, lo que permite celebrar lo que popularmente se conoce como hanami.
El hanami consiste en una celebración al aire libre, debajo de los cerezos, en la que las personas disfrutan de una comida, almuerzo o cena informal totalmente rodeados de flores de sakura (cerezo).
Los cerezos japoneses son árboles de flores delicadas que, a lo largo del tiempo, han servido de inspiración a pintores debido a su inigualable hermosura y efímera existencia.
Debido a esto, que la floración de los cerezos usualmente dura entre 10 y 15 días, es que varios artistas decidieron plasmar el fenómeno de la mejor manera que saben hacer, que es pintando.
Acá te dejamos una breve, pero hermosa lista, de pinturas que abordan la floración de los cerezos.
UTAGAWA HIROSHIGE
La obra Fiesta de contemplación de los cerezos en flor en Asukayama fue hecha por Utagawa Hiroshige, el último gran maestro de ukiyo-e.
Su influencia fue mucho mayor en Europa que en Japón, ya que los grandes cambios culturales del Período Meiji hicieron que los artistas japoneses buscaran inspiración en el extranjero.
Vincent van Gogh hizo copias de los grabados de Hiroshige para aprender de ellos y la influencia del artista se puede ver en el uso que hace de amarillos y naranjas vibrantes junto con azules.
TOMIKICHIRO TOKURIKI
La obra Lake Kawaguchi fue hecha por Tomikichiro Tokuriki, un moderno y cotizado grabar japonés que representó a la 12ª generación de una familia de artesanos de Kioto designada como los artistas oficiales para el famoso Templo Honganji.
Fue una figura sumamente importante en el movimiento de impresión contemporáneo de Japón ya que revolucionó la técnica.
Sus grabados se encuentran en las colecciones permanentes del Museo de Bellas Artes de Boston y el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
REIJI HIRAMATSU
Mt. Fuji and Cherry Blossoms, de Reiji Hiramatsu, es una pintura que captura la esencia del hanami.
Este artista, nacido en 1941 en Tokio, actualmente es miembro de la Asociación de Artistas de Japón y del Consejo de las Artes de dicho país, además de que se desempeña como profesor asociado en la Universidad de Juntendo.
El año 2006 fue realmente importante en su carrera ya que abrió la Sala Reiji Hiramatsu en el Museo de Arte de Yugawara, convirtiéndose en un lugar permanente para exhibir sus obras.
DAMIEN HIRST
Whenever anything became a bit laboured, I’d just chuck paint on top, de Damien Hirst, es una de las 107 obras que conforman la serie Cherry Blossoms.
Considerados por muchos críticos como lo más convencional que ha hecho este disruptor artista desde principios de la década de los 90, sin lugar a dudas muestra que la belleza de estas flores es sencillamente cautivadora.
El cotizado artista mencionó en varias entrevistas que gracias a que tiene un cerezo japonés en el jardín de su casa es que pudo comprender su belleza, pues en pocos días puede disfrutar de una extraordinaria belleza pero también de la vida y la muerte.