La artista visual brasileña Paula Scamparini observa los aspectos culturales como ecosistemas cambiantes.
Scamparini investiga el universo de la imagen desde exploraciones con la fotografía, escultura, instalación y lenguaje de interpretación.
Su obra artística sitúa el paisaje como un elemento central y lo utiliza como disparador para análisis, encuentros e inquietud.
Esta creación de espacios ficticios, a veces legendarios, permite un diálogo entre construcciones narrativas, tanto imaginarias y fáctico.
Su participación en programas de residencia o proyectos en diferentes ubicaciones también estimularon su interés en la dinámica transitoria e interferencias culturales.
Percibiendo la difusión de las diferentes organizaciones colectivas y espaciales alrededor del mundo ha despertado en la artista nacida en Sao Paulo una atención específica a los modos de conformación de nuestros imaginarios sociales.
La obra de Paula Scamparini revela curiosidades qué debaten los sistemas visuales y comunitarios, así como la existencia de las individualidades dentro de estos contextos.
Su instalación “En el sur, las tortugas no envejecen” realizada en Viena, Austria, de la mano de la artista austriaca Sabine Groschup, contrasta las culturas de las dos artistas al abordar temas ambientales en el llamado Sur.
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El formato de la instalación se refiere directamente al desastre industrial ocurrido en Minas Gerais el 5 de noviembre de 2015, que afectó gravemente al Río Doce, uno de los principales ríos del país, provocando un enorme daño ecológico.
Su videoinstalación Orun revela la pertenencia cultural de los brasileños que está comprendida en nuestro sistema estelar, donde mirar el cielo es una especie de magia, que nos involucra en la dinámica del ser, y donde encontramos nuestro propio espacio, no sólo físicamente, sino espiritualmente.