Si observamos las tramas de 'Lost in Translation' y 'Her', dos de las películas más aclamadas de los últimos tiempos, podrían parecer que cuentan la misma historia, pero separadas por años. A pesar de haber pasado una década entre sus lanzamientos, la primera en 2003 y la segunda en 2013, es difícil encontrar dos películas que se complementen de la manera en que lo hacen las películas de Sofia Coppola y Spike Jonze, al tiempo que arrojan una mirada honesta sobre el mismo tema: la soledad.
Imagínalo en tu mente: es principios de los años 2000 y la vida no es como parecía que sería. Al menos no para ti. La gente se divierte mientras las luces brillantes de la ciudad crean una atmósfera surrealista y neón. Todos parecen tenerlo resuelto, pero tú sientes que vives en un país extranjero y anhelas una conexión que parece inexistente. Avancemos diez años. Ya en la vida adulta, todos están conectados con alguien, o algo. Por inercia, en los últimos años te has dejado llevar hacia un trabajo aleatorio y aún buscas esa conexión. Ha habido momentos en los que incluso pudiste saborearla, pero nunca funcionó realmente. Incluso con tu teléfono celular, a veces parece difícil.
Como siempre, es importante conocer el contexto detrás de ambas películas. 'Lost in Translation' es la primera de lo que bien podría ser una trilogía autobiográfica de Sofia Coppola. Es su segunda película, pero es aquí donde su estilo y técnica realmente comienzan a brillar; incluso ganó un Oscar al Mejor Guión Original. La historia narra la vida de Charlotte (interpretada por Scarlett Johansson), una joven que se siente perdida en un mundo lleno de posibilidades, con toda esa libertad pesando sobre ella. El paisaje luminoso de Tokio es una metáfora perfecta de lo inmenso que es el mundo y de lo ajena que se siente en él. Incluso su novio, un fotógrafo muy ocupado llamado John (interpretado por Giovanni Ribisi), le parece extraño, relacionándose tan fácilmente con todos y siendo incapaz de mirar más allá de su propia carrera.
Diez años después, se estrena 'Her'. En un futuro no tan lejano, Theodore (interpretado por Joaquin Phoenix) es un hombre de treinta y tantos años que todavía recuerda a Catherine (interpretada por Rooney Mara), a quien considera el amor de su vida. Encuentra consuelo para su corazón roto y vacío en Samantha (con la voz de Scarlett Johansson), una asistente virtual que se esfuerza por satisfacer todas las necesidades del propietario. A medida que avanza la historia, el protagonista descubre que el mundo de Samantha es mucho más grande que el suyo y poco a poco aprende que estar solo no es necesariamente lo mismo que sentir soledad.
'Her' fue escrita y dirigida por Spike Jonze, quien también ganó un Premio de la Academia al Mejor Guión Original. Además, Jonze fue esposo de Sofia Coppola y sirvió de inspiración para el personaje de John. Aunque Jonze nunca lo confirmó, es difícil no imaginar su percepción de su ex cónyuge como una amalgama de los personajes de Catherine y Samantha cuando se establece un paralelo. El hecho de que tanto Charlotte como Samantha sean interpretadas por Scarlett Johansson es demasiado bueno para ser coincidencia. Ambas películas son su conversación final, donde se reconocen el fin de su relación y cómo les hizo sentir.
El profundo mensaje de Sofia Coppola y Spike Jonze
Lo interesante de ambas películas es cómo abordan la soledad en la secuela de una relación significativa y cómo constantemente buscamos encontrarnos a nosotros mismos en otras personas. Sofia Coppola sitúa a sus protagonistas (el otro es Bob Harris, un actor de mediana edad interpretado por Bill Murray) en un contexto totalmente diferente al que están acostumbrados y reflexiona sobre cómo las personas lidian con el mundo que les rodea, culminando en las presiones mostradas en pantalla: Bob revaluando cómo el trabajo y la familia encajan en su vida actual, y Charlotte experimentando constantemente una sensación de no pertenencia en la suya.
Jonze continúa este mismo principio y crea un contexto muy similar para Theodore, pero cambia el enfoque: decide analizar cómo su protagonista se relaciona con las personas, no con el mundo en el que vive. Naturalmente, el mundo de Theodore presenta variables que no tienen Charlotte y Bob, como la tecnología y las redes sociales. Mientras que la deriva de Sofia en 'Lost in Translation' habla de una sensación más "analógica", Spike utiliza todo su contexto personal para reflexionar sobre cómo estos dos factores afectan la naturaleza humana y el proceso de conexión. Podemos estar conectados todo el tiempo si así lo deseamos y con lo que queramos conectarnos. Sin embargo, relacionarnos con las personas es algo completamente diferente.
Scarlett Johansson participa en ambos filmes. Foto: The Michigan Daily
La conclusión a la que llegan Sofia Coppola y Spike Jonze es diametralmente opuesta, pero ambas son esperanzadoras. Sofia Coppola, siempre soñadora, establece una conexión entre dos personajes muy diferentes, en dos momentos muy diferentes de la vida. Aún así, todos quieren ser encontrados y eso puede suceder, incluso en medio de la bruma de neón del amanecer de Tokio; después de todo, el amor puede ocurrir incluso en los lugares más extraños. Spike Jonze reconoce la individualidad de sus antiguas parejas, tanto Catherine como Samantha, y entiende que es perfectamente posible estar solo en la multitud.
La soledad y el estar sol son dos cosas muy diferentes. Desafortunadamente, para asimilar esa idea debemos pasar por la ruptura y conexiones fallidas. Pero si vemos el lado positivo de esto, entonces dichos sentimientos pueden convertirse en historias muy buenas, como lo demuestran 'Lost in Translation' y 'Her'... tanto en la pantalla como fuera de ella.