Stefan Zweig, el escritor que dejó rastros de su personalidad en cada obra
Stefan Zweig fue periodista, ensayista, novelista, traductor y biógrafo.
En cada obra dejó rastros de su personalidad, tal es el caso de las tintas que utilizaba, cuando se encontraba feliz, color violeta y cuando no, azul, una de las más comunes.
El nacido en Austria en 1881 fue un apasionado bibliófilo. En vida fue destacado en su área e incluso famoso debido a sus escritos.
Estudió en la Universidad de Viena de la cual egresó como doctor en Filosofía.
De joven viajó por Berlín, París y Bruselas, así como conoció a distintos artistas y escritores.
El amante de los perros narraba con una pericia absoluta, además dejaba ver una notable elegancia, así como delicadeza a la hora de abordar sentimientos.
Los expertos reconocen su capacidad de seducir y atrapar al lector desde las primeras líneas.
Incluso incursionó en obras de teatro, las cuales tuvieron gran aceptación.
Su estilo era único, la construcción psicológica, fundamental, en tanto la técnica ágil y brillante.
Comienzo del fin
Con la llegada de Hitler al poder, los libros de Zweig fueron condenados y después prohibidos.
Su casa fue registrada por policías lo cual enojó y decepcionó profundamente al autor, decidió no volver a su país. Se trasladó hacia Londres, algo en él se rompió.
Se casó por segunda ocasión con Lotte Altmann. Este periodo profesional se caracterizó por personajes atormentados.
En 1942 se encontró su cuerpo y el de su esposa, impecablemente vestidos, se habían suicidado.
En el lugar también estaba una nota en la que explicaba un poco su sentir y se disculpaba con la dueña de la casa por los inconvenientes.
Días después sus amigos recibieron cartas de despedida.
Dejo alrededor de 75 textos entre poemarios, cuentos, libretos, novelas y demás.
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