El 9 de marzo de 1902, es decir, hace 121 años, nació Luis Barragán, el único mexicano que ha obtenido el que es considerado el Nobel de arquitectura, el Premio Pritzker, en 1980.
De temperamento reservado, Barragán se dedicó más a la creación artística que a la vida pública así que la mejor forma de conocerlo es a través de sus creaciones y no existe una más importante que la Casa Luis Barragán.
El inicio de una gran trayectoria
Cuando apenas tenía 17 años, Luis Barragán comenzó sus estudios en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, donde conoció a Rafael Urzúa y a Pedro Castellanos, con quienes representa a la Escuela de Arquitectura Tapatía.
Tan solo 5 años después realizó un viaje por Europa que cambió su vida ya que influenció su forma de entender la arquitectura. En esa travesía conoció a Le Corbusier, uno de los fundadores de la arquitectura moderna.
No pasó mucho tiempo para que el talentoso y joven arquitecto encontrara su primera oportunidad para brillar.
Barragán construyó en 1929 su primer inmueble, la Casa González Luna, por encargo de su amigo Efraín González Luna, ex candidato a la Presidencia de México en 1952. Actualmente es la Casa ITESO-Clavigero, que recibió la declaratoria como Monumento Artístico de la Nación.
Se consolida un gran talento
En 1936 el arquitecto Luis Barragán decidió mudarse a la Ciudad de México, en donde desarrolló algunas de sus más importantes obras.
Nueve años después comenzó con la planeación de la Colonia Jardines del Pedregal, en la Ciudad de México, y para 1948 diseñó su estudio en Tacubaya, el cual es desde 2004 forma parte de la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Su obra no fue muy reconocida, ni tuvo todos los reflectores, hasta que el Museo de Arte Moderno de Nueva York hizo en 1975 una retrospectiva de ella.
En 1980 recibió el Premio Pritzker debido a que estableció un compromiso con la arquitectura como un acto sublime de la imaginación poética y por pensar espacios de belleza metafísica para la meditación y la convivencia.
El 22 de noviembre de 1988, Barragán murió en su casa de Tacubaya.
Casa Luis Barragán, su obra maestra
La importancia de la Casa Luis Barragán radica en que se trata del único inmueble individual en América Latina que ha logrado ser inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Austera, casi inacaba, la Casa Luis Barragán podría pasar inadvertida de no ser porque su escala contrasta con las demás construcciones de Tacubaya.
Barragán le dio un toque personal al diseño de la casa, dividiendo su planta en diversos espacios, pero con una lógica que suma a cada una de estas partes, además de integrar la arquitectura tradicional mexicana con la arquitectura moderna internacional.
Para trasladarse en los diferentes espacios del inmuebles, Barragán usó múltiples recursos para darle la fluidez espacial moderna, como la utilización de colores, sombras, colores, contracción y dilatación.
Los muros de la casa fueron elevados por Barragán para que así los visitantes lograran introspección, lo que habla mucho de su carácter.
Finalmente las variaciones en los colores, lo cual fue uno de sus sellos distintivos, muestran la exploración que hizo el galardonado arquitecto sobre estos y la luz en los espacios que edificaba.