Del jazz a los pinceles: Las pinturas del trompetista Miles Davis
Los lienzos de sus discos
El arte visual de Miles Davis aparece en algunas de las portadas de sus álbumes. Por ejemplo, la de Amandla, de 1989. La pintura fue una vocación de Davis durante mucho tiempo. Además, en colaboración con su novia, Jo Gelbard, hizo la obra de arte para su álbum. Se trató de Dangerous Mind. En el, la portada es un impresionante autorretrato que usa los rojos y verdes en su rostro.
Sin embargo, el llamado Príncipe de las Tinieblas no comenzó a dibujar y pintar en serio desde el inicio. Por el contrario, lo hizo hasta mediados de los años cincuenta. Y a principios de la década de 1980, al tener un período de inactividad musical, dio rienda suelta a su arte plástico.
El arte como forma de vida
Miles Davis no se limitó a incursionar en el arte. Por el contrario, hizo de la creación artística su forma de vida. Compaginó pintura y música en la última década de su vida. Esto dio como resultado, una mezcla aguda y audaz. Una fusión de influencias de Kandinsky, Jean-Michel Basquiat y Picasso. Por supuesto, también agregaba el arte tribal africano.
Tan sólo el año pasado, la disquera Insight Editions publicó Miles Davis: The Collected Artwork. Éste trabajo reunió los frutos de la creatividad que el trompetista dominó. Incluso, innumerables jóvenes músicos de jazz afirman que Davis es una influencia hasta el día de hoy. Sin embargo, además del jazz, los tiempos y sonidos, Miles Davis es también una inspiración en la pintura. Tal vez, más pronto de lo que creamos, se convierta en una influencia en esta expresión artística. Miles Davis continúa vivo en su jazz y en sus pinturas que denotan su estilo y sentimiento.