Las instalaciones y esculturas a gran escala del artista argentino Tomás Saraceno exploran nuevas formas sostenibles de habitar y respetar el medio ambiente, lo que cautiva al espectador.
Tomás Saraceno nació en Tucumán, Argentina, en 1973, pero pasó la mayor parte de su infancia en Italia, donde sus padres se exiliaron en los tiempos de gobierno militar.
Se graduó de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Fue asistente de Olafur Eliasson y alumno en la Universidad de Venecia de Hans Ulbrich Olbrich, con quien organizó un seminario internacional sobre la obra de Gyula Kosice.
Su filosofía se basa en lo que él mismo ha denominado ecología mental, que es la forma en la que nos comportamos como seres humanos y donde comienza el cambio.
Para Saraceno, dicha ecología mental tiene alcance cuando el verdadero poder del arte, el cual radica en la posibilidad de modificar la conciencia, se materializa.
Algo que resulta sumamente interesante del trabajo de este artista argentino es que toma como principales fuentes de inspiración tanto la ciencia como la naturaleza.
A partir de dichos temas, el artista replantea la forma en que vivimos y nuestra relación con los otros, los animales, las ideas y percepciones sobre la transformación de las propiedades y hasta la nacionalidad.
Su más reciente trabajo, Webs of Life, consiste en la creación de dos impresionantes esculturas hechas en realidad aumentada que buscan replantear nuestra relación con las arañas.
Algo a lo que a veces no se le presta atención para Tomás Saraceno es crucial y es por eso que busca analizarlo de diversas formas.
Precisamente por eso, sus trabajos incluyen varios elementos, desde las esferas y creaciones de nubes, jardines voladores, ascensores espaciales y viviendas futuristas.
Tomás Saraceno ha expandido sus horizontes más allá del arte tradicional, lo que lo convierte en un artista imperdible de nuestros tiempos.