El artista urbano My Dog Sighs creó Inside, una instalación inmersiva considerada como su proyecto más ambicioso.
Para esta obra, el británico transformó todo un edificio abandonado ubicado en Portsmouth, Inglaterra, en un mundo un tanto melancólico el cual es habitado por varias criaturas a las que, a lo largo de los años, ha dado vida.
My Dog Sighs toma dichas criaturas, a las que ha apodado como sus Quiet Little Voices, para representar las diferentes facetas de su vida y con esto compartir más de su mundo imaginario con sus seguidores.
Con esta instalación, el artista busca recrear parte de su complejo mundo emocional, lo que permitirá conocerlo a un nivel nunca antes imaginado.
Algo importante a destacar de este proyecto es que, por primera vez, My Dog Sighs se traslada a la escultura, por lo que fusiona su tan famoso lenguaje visual con instalaciones de luz y sonido.
El artista ha dado rienda suelta a las criaturas antropomórficas para que se apoderen del espacio que cuenta con varios pisos y así encuentren refugio y creen su propio lenguaje entre los rincones poco iluminados.
Sin duda alguna, este proyecto amplía el universo artístico de My Dog Sighs, donde el espectador podrá descubrir una especial belleza en un espacio que se encontraba por completo en el olvidado para así demostrar el verdadero poder de la creatividad.
Para que Inside sea una experiencia inolvidable, My Dog Sighs trabajó en estrecha colaboración con expertos en sonido de la Universidad de Portsmouth y una reconocida empresa de iluminación creativa para brindar una experiencia inversiva de arte realmente especial.
A partir del 16 de julio y hasta finales de agosto, los visitantes serán recibidos en el espacio por personal capacitado que brindarán información sobre los temas que se podrán explorar en Inside.
Algo que resultará fascinante es que My Dog Sighs también liderará algunos de los tours por esta casa abandonada, por lo que quienes tengan en privilegio de conocerlo podrán saber mucho más sobre su vida como artista urbano y todo aquello que esto conlleva.
El estilo de My Dog Sighs se caracteriza por combinar retratos melancólicos y, a menudo, ingenuos con el uso de materiales encontrados, como latas de comida abandonadas.