El sueño que creó Dalí para un película de Hitchcock
Alfred Hitchcock no quería el típico efecto borroso para las secuencia de sueños en su película de suspenso psicoanalítica Spellbound (1945), más bien quería algo que se viera más vívido y sabía que Salvador Dalí era el indicado para hacer sus ideas realidad.
Dalí fue contactado para crear la escenografía, una gran responsabilidad tomando en cuenta que esas escenas eran parte fundamental de la trama. En ellas el amnésico Dr. Edwardes (interpretado por Gregory Peck) analiza sus sueños para descubrir si es realmente un asesino o está libre de todo culpa.
Ojos flotantes en el espacio que se transforman en cortinas pintadas, destrozadas salvajemente por un hombre con un par de enormes tijeras; un juego de Blackjack con naipes en blanco; hombres sin caras, rocas con caras. Sin duda, el trabajo de Dalí fue como dotar de movimiento a sus pinturas surrealistas.
Sin embargo, en este proyecto Dalí no tenía la libertad que le daba la pintura y muchas de sus propuestas fueron descartadas desde un inicio porque era imposible filmarlas. Por ejemplo, una escena en un salón de baile con quince pianos de cola suspendidos sobre la cabeza de los bailarines.
“Deseaba presentar los sueños con una gran nitidez y claridad visuales, más precisos que el propio film: las largas sombras, la infinitud de la distancia y las líneas convergentes de la perspectiva”, explicó el maestro del suspenso en una entrevista de 1962.
Por si no sabías...
Ésta no fue la primer ocasión en la que el pintor español experimentó la industria del cine, ya había trabajado con Luis Buñuel en Un Chien Andalou (1929) y L'Age d'Or(1930).