David Hockney (1937) es un pintor, proyectista, escenógrafo, impresor y fotógrafo inglés y gran exponente del Pop Art.
Un aspecto relevante del arte del creativo inglés, pero que no es tan conocido, está ligado a sus escenografías.
Hockney diseñó para el Royal Court Theatre, el Festival de Glyndebourne, La Scala y la Metropolitan Opera House en Nueva York.
En sus escenografías, Hockney emplea un gran abanico de técnicas como grabado, collage y pintura, medios que también aplica directamente sobre los objetos tridimensionales.
Su primera escenografía la realizó a base de gotas pintadas para la ópera El Progreso del Libertino (1951), de Igor Stravinsky, en 1975 en la Glyndebourne Festival Opera de Inglaterra.
A partir de esta primera incursión en el mundo de la escenografía, el teatro se convirtió en una gran influencia en el arte y la concepción estética de David Hockney.
En 1978 creó la escenografía de La Flauta Mágica; durante 1982 accedió a diseñar el arte y vestuarios para tres obras francesas del siglo XX en el Metropolitan Opera House.
Parade, un baile con música de Erik Satie; Las Tetas de Tiresias, una obra con libreto por Guillaume Apollinaire y música de Francis Poulenc, y El niño y los sortilegios, una ópera con libreto de Colette y música de Maurice Ravel conformaron fueron dichas obras.
David Hockney también diseñó sets para la obra Turandot de Puccini en 1991 en la Ópera Lírica de Chicago y para la obra de Richard Strauss, La Mujer sin Sombra en 1992, en la Royal Opera House en Londres.
La sinestesia y los colores brillantes en respuesta a estímulos musicales son los principios en los que basa el diseño de sus escenografías para óperas y ballet, además de su dimensión.
La llegada de la primavera en Woldgate, East Yorkshire, en 2011, un obra formada por 52 partes, 51 dibujos realizados con iPad y un óleo sobre 32 lienzos, puede considerarse como un desarrollo de la visión escénica de David Hockney, ya que dicha inmensa obra presenta cierta cualidad cinematográfica.