Las artistas contemporáneas amantes del arte grotesco
El arte grotesco es una expresión artística difícil de definir. Sin embargo, queda claro que es una forma de distorsionar o expandir la realidad.
Esta tendencia permite a sus artistas y espectadores jugar con tabúes y cambiar los parámetros de las costumbres y las convenciones sociales.
Es por esto que resulta imprescindible subrayar la importancia del aspecto psicológico. Puesto que lo grotesco tiene mucho que ver con nuestra manera de percibir la realidad. Siempre aunada a nuestros juicios de valor.
Este tipo de arte, no para todo público, tiene múltiples caras que varían con el tiempo. Los críticos resaltan flexibilidad en cuanto a su adaptación histórica y movilidad insólita.
En el arte contemporáneo, el arte grotesco se ha hecho presente, sobretodo, lo han hecho visible muchas mujeres artistas.
Estas artistas suelen asumir desde un lenguaje infantil de cuento de hadas, neuróticos terrenos sexuales hasta deformaciones y colisiones del cuerpo humano.
Por ejemplo, en las películas de Marianna Simnett, los niños desempeñan un papel central. Las narraciones absurdas y grotescas se basan en la preocupación por infecciones y estados alterados.
En su obra Blood In My Milk (2018), la protagonista de la película coquetea con el mundo exterior, incluso cuando los adultos advierten de los riesgos. Aquí, utiliza las fábulas para guiar a los personajes a través de eventos que exponen los mecanismos sutiles de violencia y control que nos rodean.
Otra artista contemporánea amante del arte grotesco es Tala Madani.
Su universo artístico esta formado por la emoción y la ansiedad de la sexualidad, la maternidad, la mortalidad y el cambio tecnológico.
Pero también es uno en el que los niños subvierten la jerarquía entre los padres. Haciendo de su arte grotesco, un medio para disolver las estructuras de poder y el estereotipo de “belleza”.
No podemos dejar de mencionar el arte grotesco de Jala Wahid.
En su obra, a menudo expone la vulnerabilidad en contraste con la fuerza del cuerpo humano. Más específicamente del cuerpo kurdo en disputa, el cual se encuentra continuamente "bajo amenaza". Por lo tanto, se dota a sí mismo de resistencia y poder.
Esta ambivalencia es una fascinación de Wahid que muestra en algunas de sus esculturas. Por ejemplo, unas nalgas que descansan sobre una superficie lisa similar a un líquido que simula ser petróleo. Dicho por la artista, esta pieza representa "una provocación y una vulnerabilidad".
El arte grotesco de Maisie Cousins no podemos dejarlo de lado.
Residuos brillantes y representaciones fotorrealistas de cuerpos e imperfecciones. El arte grotesco de Cousins nos invita a encontrar belleza en cosas que se derraman fuera de sus fronteras, para ver nuestros propios cuerpos.
Es por esto, que las artistas contemporáneas amantes del arte grotesco son tan importantes. Su forma de arrebatarnos certezas y verdades. Esa brusca sacudida al status quo sobre aquello que es bello e inamovible.
con estas representantes podemos concluir que el arte grotesco permite a estas artistas valorar la estética de los diversos estados de la identidad humana. Así como sus permanentes transiciones.