Beethoven: El legado del genio compositor y pianista
Componer hasta la sordera
Algunos expertos señalan que vivió tres etapas en su música, la primera nutrida por influencias, la segunda de una madurez considerable. Y, finalmente, una tercera que se caracterizaría por imprimir en sus piezas una profunda carga intelectual. Se puede notar la evolución, al comienzo sus obras eran ligeras y suaves, mientras que las últimas se perciben turbulentas e incluso épicas. Sus melodías fueron innovadoras y personales. Entre las más destacadas se encuentran Para Elisa, la Novena Sinfonía y Claro de Luna. En esta última hay una historia que no se sabe si fue verídica o no, pero existe: Se dice que tenía una amiga ciega que le pregunto ¿cómo se ve la luna? A lo que él respondió: “No te puedo decir cómo se ve, pero te puedo enseñar como se escucha”. Las composiciones más relevantes en su vida fueron para piano y música de cámara, algunas de ellas tan sublimes que aún hoy son fundamentales. Manejó una variedad de géneros y en su legado hallamos 9 sinfonías, 32 sonatas para piano, 2 misas y una ópera. Hacia el final de su vida se sumergió en completa introspección. La Novena Sinfonía fue su obra final y la compuso completamente sordo, aunque lo quiso ocultar hasta el último momento. Se inspiró en anteriores de su autoría, pero el arreglo y orquestación fueron completamente nuevas.
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